Al final, ¿quiénes serán los que votarán a los ladrones?
Está muy claro para muchos; quien vota al Partido Popular vota a ladrones y corruptos. Ésta es la sentencia que se ha convertido en viral en algunas redes sociales. Y yo, que les votaré, quise hacerme, primero, un buen examen de conciencia, no vaya a ser que de alguna manera colabore con la corrupción. Pues bien, después de meditarlo, ésta fue mi conclusión:
Uno: Parece que sólo las huestes de Pablo Iglesias son las que, de momento, no se encuentran implicadas en procesos de corrupción al uso. Así que aquellos que optan por apoyar a la opción morada del círculo cerrado creen (digo que sólo creen, después matizo el porqué) que optando por estos jóvenes universitarios, sin entrar en el fondo de su ideología, no apoyarán a los que han saqueado las cuentas del erario público.
De ahí que todos los que apuestan públicamente por Podemos tienen un denominador común: el PSOE y el PP son partidos corruptos, por tanto, no debemos apoyarles. Y ésta es su carta de presentación ante el electorado. Pero, claro, todo mengua después que se cuece.
Dos: Ahora veamos la realidad partiendo de lo ocurrido desde el 20 de diciembre: los socialistas fueron coherentes, no apoyaron al Partido Popular, por la misma razón que los podemistas ¡son unos corruptos! Pablo Iglesias vio una posibilidad de tocar poder, ¿y qué hizo?, olvidarse de una parte del denominador común (PSOE) y correr a negociar con ellos, aun a sabiendas de que estaban hasta el cuello de corruptelas por toda la geografía española. Pero el poder era lo que importaba y lo demás pasaba a un borrón y cuenta nueva. ¿Cuál fue, por tanto, la conclusión que yo he extraído? Que aquellos que creían que no votaban a ladrones, indirectamente les iban a dar el voto que los llevaría al poder. Es decir, al final, con su voto iban a apoyar al PSOE.
Hoy, seis meses después, la situación es idéntica, sólo que si somos perspicaces esta vez al menos no engañarán a quienes quieren terminar con el latrocinio, pues ya saben perfectamente que votar a Pablo Iglesias es votar al Partido Socialista Obrero Español y viceversa.
Por todo ello, que a mí me parece una deducción razonable, he llegado a la conclusión de que votar al PP es apostar por que alguien persiga a los corruptos, aunque estos estén dentro del propio partido. Ejemplos de ello, durante cuatro años; nadie que no se engañe a sí mismo lo puede negar, pues el resultado de lo hecho ha sido la recuperación de 50.000 millones de euros, desde 2011 hasta hoy. Así que si todos los que pretenden dar su voto al socialdemócrata de Pablo Iglesias y se hiciesen esta reflexión, estoy seguro de que su voto sería otro muy distinto. Y dicho esto, espero que haya quedado algo más claro quién puede votar a los corruptos. Yo ya he demostrado que no.
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