Veraneo
Permítanme, empezar esta carta, tratando de mostrar una viñeta del gran Quino, en palabras, 1º viñeta, el padre de Mafalda paseando por la orilla de la playa, y charlando de futbol,con otro señor, 2º el padre de Mafalda pregunta y ¿usted a que se dedica?, 3º una columna salomónica y el señor encima abanderado Medico,4º, el padre de Mafalda con la cabeza baja ya.
Esto es lo bueno del veraneo, cada uno hace y viste como desea, sin importar clases sociales, que lejos quedan aquellos veraneos, de los asturianos en Castilla, donde todos los que vivíamos en la cuenca minera íbamos a secar, se alquilaba una casa, en Mansilla, Valencia de Don Juan etc. la mayoría de las veces, no reunía las mas mínimas condiciones de habitabilidad, y allí íbamos con todos los enseres de la casa, nuestros padres, los hermanos en un coche pequeñito, e incluso con el vale de carbón para poder cocinar, camino de León, eran veraneos interminables con temperaturas que sobrepasaban los 40º, solo el rio Esla nos aliviaba.
Hoy día, todo el que puede veranear, lo hace lo justo una semana, y ya 15 los privilegiados, es un ir y venir semanalmente a los hoteles, me decía la maître del comedor el primer dia solo veo cabezas, y cuando empiezo a ver caras, ya se van y vuelven otras cabezas. Durante esos días la gente hace lo que verdaderamente le gusta, viste cómodo, toma el sol, come, etc., como me decía un medico amigo, mejor que estén aquí, que no en la consulta, se producen situaciones insólitas, imposibles en la vida real, esos pantalones cortos, esos brilli,
brilli, de las señoras, transparencias etc. pero sobre soto usted se imagina a un señor hablando con una señora en ropa interior e incluso solo en braguitas en la calle de cualquier ciudad, imposible, pues cambie ropa interior por bikini o mono bikini y eso se produce en las playas españolas.
Sea como sea, todo el mundo debería tener derecho a unos días de descanso al año, donde puede aislarse del mundo real y vivir el mundo onírico.
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