Carta abierta a Esperanza, la podemita
Estimada Esperanza: Espero que la carta enviada a tus padres, y que Podemos la usa de propaganda, sea tan real como los miles de jóvenes emigrados. Pero recelo de la "Esperanza" de los que mandan los sobres: los de la serpiente formando un círculo, ahora un corazoncito; los del "Lenin amable". Te diré que mientras tú llorabas al terminar "Espinete", en Asturias ya lloraban muchas madres por sus hijos cuando, al quedar sin tejido industrial, emigraban. Para más inri, las autoridades decían que eso era una leyenda urbana.
Esto comenzó con la reconversión industrial que hizo la izquierda. Se optó por la política de mantener la paz social. En vez de reconvertir modernizando, se subencionó y pensionó millonariamente. "España es un país de servicios", decía Felipe González. Coetánea al gobernante español, ahí en Inglaterra mandaba Margaret Thatcher, que gestionaba la mayor crisis desde la II Guerra Mundial en aquel reino. Muy pocos apoyaban sus duras recetas: "La medicina es muy amarga, pero necesaria para mantener vivo al enfermo", decía. Ni los sindicatos la pararon. Una década después, Gran Bretaña volvía a la grandeza de su historia. Esto explica por qué los españoles emigran a Inglaterra y no al revés.
La medicina que amorosamente nos evitó la izquierda hoy la tienen que tragar nuestros hijos y nietos. Verdad, Esperanza, que es amarga. Ahora te pregunto: ¿el Podemos que vas a votar haría la política de la Thatcher, es decir, viajar sólo de turistas como los ingleses? En tu trabajo de investigadora, cuando por el microscopio ves un cromosoma en un organismo saltar en plan cabrito, ya sabes que la va a liar; pues en el organismo de la sociedad pasa lo mismo cuando un cabrito, con coleta o sin ella, dice asaltar el cielo: países riquísimos como Venezuela acaban en un infierno.
Enfrascada en el laboratorio, supongo, te falta el tiempo del que yo, obrero jubilado, dispongo para informarme sobre estos jetas a los que, protegidos por los millonarios pijo-progres de las televisiones del duopolio, exaltan a todas horas y esconden su ruindad. Pero el problema de los jóvenes no es la falta de tiempo, sino el coco comido por la izquierda, que siempre mandó en la educación. Cuando Rubalcaba dijo "el PSOE es un partido de hondas raíces republicanas, pero en la Transición llegamos a un pacto (!) para aceptar la Monarquía", lo aclara todo. Cómo será el dominio que cuando se fue Zapatero, el I+D+I, que reclamas en tu carta, siguió en manos de la científica socialista Carmen Vela, la misma que dirigía la plataforma de apoyo a ZP ("los de la ceja"), denigrando al PP. Así inauguraba el "astuto" Rajoy la tercera legislatura de ZP, vuestro ídolo. ¡Y todavía os quejáis!
Si te relatara por carta todas las guarradas de la banda de Pablo Iglesias, un camión de correos sería poco. Aun así, la ceguera ideológica te impediría ver. Pero para librarte de ese virus rojo, ya que estás en Londres, a ver si conoces a un gentleman y te enseña de la vida lo que la inútil LOGSE te nubló. Y si no es así, ya sabes: ¡sarna con gusto no pica!
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