Bajo protesta de decir la verdad
Bajo protesta de decir la verdad, yo, Natalia Carracedo Álvarez, renuncié a siete días de terminar el curso "Reproducciones de moldes y piezas cerámicas artesanales", que imparte el centro La Factoría Cultural de Avilés, por la nefasta capacidad profesional para impartir el curso, pero, sobre todo, por las continuas faltas de respeto por parte del profesorado. La Factoría Cultural presume de ser un centro artístico multidisciplinar con una amplia oferta educativa, pero queda muy lejos de serlo. No me encuentro conforme con el modo en el que la directora del centro, Anabel Barrio, está llevando a cabo la gestión del mismo. No sólo la programación está vacía de contenidos, sino que los formadores que imparten los cursos, a pesar de tener la titulación requerida (cosa que pongo en duda, porque no sé qué persona en su sano juicio otorgó dicha titulación a personas tan incompetentes), no mostraron ningún ápice de tener dicha cualificación para desempeñar sus trabajos satisfactoriamente.
A pesar de mis muchos esfuerzos y peticiones de reclamar unos conocimientos que me prometieron una vez que fui admitida en el curso, lo único que recibía eran las burlas y salidas de tono de los formadores, que, aparte del hecho de hacer acto de presencia en clase, su función como educadores era nula. Me da la sensación de haber perdido casi tres meses de mi vida, en los que no he aprendido nada. Lo único que he visto es a profesores escaqueándose de su trabajo y poniendo a alumnas a dar clase a niños sin ningún tipo de formación en esa área (porque, según un profesor de allí, "para dar clases de cerámica no hace falta estar cualificado"), y sin recibir ni siquiera un "gracias" por su parte.
"Ésta del Inem" (como me calificaron una de las muchas veces que me faltaron al respeto, a pesar de que alardea de ser un centro colaborador con el Servicio de Empleo del Principado de Asturias) quiere mostrar su descontento con la gestión del centro y denunciar su deplorable profesorado. "Ésta del Inem" te dice que te quedes con tu certificado porque no lo quiero. No quiero un papel vacío en el que ponga que unas personas me han transmitido
unos conocimientos que no tengo por culpa de la ineptitud de estas personas que están habitando allí, porque decir trabajar son palabras mayores.
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