Otra oficina
Los nuevos gestores del Ayuntamiento de Oviedo siguen creando oficinas que no valen para nada, nada más que para darles la mamandurria a los amigos, porque parece ser que no tienen ganas y creo que ni capacidad para solucionar los problemas de los ciudadanos.
Primero crearon la oficina para decidir el nombre del bulevar de San Julián de los Prados, como si eso fuese una cosa de gran importancia, pero no dijeron nada acerca de cuánto nos va a costar la obra ésta y si es necesaria o si es porque esta gente quiere tener su "Calatrava", porque, ya se sabe, este tipo de obras sirve para que desaparezca dinero para financiación del partido, reparto de dinero entre amigos y, ya se sabe, todo lo demás que conlleva la obra pública. No dijeron nada de cuánto se le va a subir el IBI a los vecinos de San Julián, cuánto ruido se va a generar, qué subvención se les dará a los vecinos para aislar de ruido sus viviendas, ventanas, cómo se va a regular el tráfico de los vehículos de los vecinos, etcétera, pues nada, no sabemos nada.
La otra oficina es la oficina de la laicidad, ¿qué coño será eso?, será una oficina para decidir cuántos curas y monjas se "pasearán" por Paracuellos del Jarama, cuántas iglesias y capillas se quemarán y cuántos edificios y pertenencias se expropiarán a la Iglesia católica para cedérselos a los musulmanes sirios.
Y la última, la oficina para que los ciudadanos decidan el color de los autobuses, para que los ciudadanos escojan entre el color azul y el blanco, como los colores de Oviedo de toda la vida, o el color negro, como el color de la bandera de Daesh, que tan aficionado es este Consistorio a todo lo musulmán. No dicen nada si recuperaremos la tarjeta de viajes, que no caduque, como antes del cambio que Caunedo y sus barandas nos han metido, si recuperaremos líneas que han desaparecido, como, por ejemplo, la línea número 7, que llevaba a los trabajadores y familiares de enfermos hasta el Hospital Monte Naranco y el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, y la nueva línea E1, que deja a toda esta gente en la plaza Gabino Díaz Merchán, es decir, a un kilómetro cuesta arriba, para más joder, llueva que haga sol. No nos dicen que como consecuencia de la baja del precio del barril del petróleo, que pasó de 90 a 40 dólares, o sea, casi un 50 por ciento más barato, se rebajará el precio del bus, como es lógico, casi la mitad, es decir, de 1,20 euros a 0,60 euros, pues no, no sabemos nada de todo esto: sólo sabemos chorradas.
El patético señor alcalde, don Wenceslao, debería poner orden en la mediocridad en que se ha convertido el Ayuntamiento de Oviedo o largarse, dejar de lamentarse de la deuda que dejaron los barandas de Gabino de Lorenzo y Agustín Caunedo, que no será mayor que la deuda que dejarán los que están ahora, como es costumbre en las instituciones cuando hay un cambio que gobierno desde que comenzó este timo de democracia.
Enrique Díaz López
La Corredoria
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