Un polifacético paisano
Lo es Jesús Castañón González, allerano de pura cepa, nacido en Nembra y hoy afincado en Moreda, que es confluencia de valles, ríos y carreteras, amén de inquietudes y todo buen hacer en este concejo tan vinculado, hermosa y paisajísticamente, al medio rural asturiano. Volvemos a retomar este tema, huyendo del caos social y político que se desencadenó el electoralista 20-D, que todo lo ha puesto patas arriba. Y de ese medio rural allerano traemos hoy aquí al citado Jesús Castañón, conocido y prestigiado como "Godina". Pues bien, Godina es un personaje muy peculiar, un asombroso polifacético que nos ha sorprendido, porque se puede calificar como un caso único, como vamos a ver.
Nembra es un pueblín muy atopaízu del paradisiaco valle de río Negro, y en él nació un día Godina, que, siendo muy joven, ya comenzó a destacar como labriego y ganadero. Tuvo una importante ganadería, que simultaneó con el oficio de peluquero, sorprendente contraste de tijera y vaca. Nos dice, con un justificado orgullo, que él ha sido el maestro de Ramiro. "Sí, a él y a otros fui yo el que los fice peluqueros, y Ramiro, ya ves que altu se andamió en el oficiu, en el que ye el mejor hoy". Se repite nuestro asombro cuando nos cuenta la serie de trabajos y actividades que él tuvo también. "Fui conductor de camiones y autobuses, y non piloté un avión poque nun me dexaron...".
Creo que lo de polifacético está plenamente demostrado en Godina. Pero queda otro trabajo, del que él se siente muy orgulloso. "Y ye el de mineru, que fue lo verdaderamente mío. Comencé en el pozu San Antonio, en Morea, y terminé mi vida de topu, como picaor, en el pozu San Jorge, en Caborana". Y de la mina nos cuenta Jesús diversas historias, anécdotas y hechos que nos demuestran que, efectivamente, lo de "topu" fue lo suyo. Y su último trabajo, en el que se jubiló. Vida activa, fecunda y múltiple ha sido la de Godina, que nunca interrumpió su origen y vinculación con el medio rural, con su pueblín de Nembra.
Jesús Castañón González, “Godina”, campechanote él, cumplió 80 tacos en mayo, edad bien llevada, con el humor y socarronería que son propios y característicos del clásico paisano, que tanto conocemos. Con su sombrero calado hasta las cejas, mirada pícara y cayáu en ristre, nos dice: "Cumplir años ye bueno, lo malo ye nun cumplilos, porque, entós, ye que quedaste por el camín".
Y Godina, el polifacético paisano que fue peluquero, ganadero, conductor de autobús, camionero y minero, reanudó su habitual caminar por las calles de Moreda, con sus flamantes 80 años, que son su octogenaria estación en el tren de la vida, ese tren en el que todos viajamos hacia la estación terminal humana, y que debería de ser un viaje sin diferencias ni clases sociales, unidos todos, para que nos resulte cómodo y lo más feliz posible. Pero no, es todo lo contrario, y en ese tren vamos, unos y otros, enconadamente, divididos, insolidarios, corruptos y politizados, sobre todo después de la última farsa electoral del 26-J. Telón.
Ricardo Luis Arias
Aller
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