En agradecimiento a mi médica
Estas líneas van dirigidas a mi compañera durante trece años, María Dolores González Corral, médica del centro de salud de Luanco.
Rompiste mis esquemas, la idea era que cuando tú te jubilaras a mí me concederían el traslado, las cosas a veces no salen como se planean o como queremos, las circunstancias quisieron que mi deseo no se cumpliera.
A día de hoy, aún no puedo creer que ya no trabajemos juntas, pienso que estás de congreso o de vacaciones y que en cualquier momento te volverás a incorporar; supongo que, como en todos los cambios vitales inesperados, el tiempo me irá haciendo acatar la nueva situación. Para entonces, quedará el recuerdo de todo lo bueno compartido; dejas en mí una profunda huella de admiración tanto en lo profesional como en lo humano, y sé que no te pierdo porque cuando hay cariño, aunque la relación sea más distanciada, el fondo permanece para siempre.
No te deseo suerte en tu nueva andadura porque a ti no te hace falta, ya que con tu buen hacer sé que vas a estar bien y a dar lo mejor de ti donde quiera que vayas; la suerte sí que la van a tener tus compañeros y pacientes de tu nuevo destino, en el centro de salud de Posada de Llanera.
Gracias por todos los años de trabajo compartidos tan a gusto.
Tu enfermera.
Inma Bastián
Pola de Siero
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