Caneco y Bombi, dos emblemas
El sábado 4 de junio de 2016, en los salones de la casa de Humanitarios de Moreda, aplaudíamos a José Antonio Gutiérrez (siempre fue Caneco para todos sus amigos), porque estaba en el cincuentenario de su inicio como puyador del ramu de pan de escanda que todos los 11 de noviembre, desde el año 1966, subastaba a la puerta de la iglesia parroquial de San Martín de Moreda.
Una institución en Moreda.
A los pocos días de este evento en el que Caneco también aplaudió a sus amigos que le homenajearon conocíamos su fallecimiento. Tan pocos días como son diecisiete. El 21 de junio fallecía.
El mismo mes también nos dejaba otro buen representante de Moreda: Bombi, director de la que en un tiempo fuera la mejor sala de fiestas de Asturias. El 19 de junio, dos días antes que Caneco, fallecía en el sanatorio Adaro José Guillermo Sánchez Lorenzo (algunas veces, por coincidencia en nombre y apellido, me venían a mí cartas dirigidas a él, y que tenían alguna deficiencia en la dirección postal).
Bombi, el delantero centro del Club Santiago de Aller que le metió un gol al Real Oviedo, el primer gol que se marcó en el estadio de Sotiello en su inauguración el domingo 5 de septiembre de 1955, contra la portería del lado de Caborana. Bombi inauguró campo y portería (luego perdería el Club Santiago de Aller por 1 a 7 del Real Oviedo).
Caneco y Bombi, dos amigos de muchísimas personas, y que han sido dignos representantes de Moreda, no solamente en Aller y Asturias, sino en aquellos lugares del mundo adonde haya llegado un allerano y haya tenido que hablar de la fiesta más típica del otoño asturiano, de la sala de fiestas de Asturias de Humanitarios o de Moreda.
Las muchísimas personas a las que nos referimos se han entristecido con estos dos óbitos, y quizá por esa razón, porque son muchas personas las que les añoran, es por lo que continuarán aún estando aquí entre nosotros, durante mucho tiempo, tal y como es ahora mismo nuestro deseo.
La vejez, o por suavizar el vocablo llegar a las cercanías de la tercera edad, tiene sus ventajas en cuanto a veteranía y experiencia se refiere, pero también, y por otra parte, es intensamente perjudicial, porque contemplas la marcha de amigos muy queridos.
Guillermo Fernández Lorenzo,
Moreda de Aller
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