El voto debería ser reflexivo y no fanatizado
Cada vez que hay elecciones en nuestro país, ya sean generales, autonómicas o municipales, en mi opinión, vuelven a resucitar las dos Españas tan claramente significadas por desgracia para todos nosotros en más de una ocasión de nuestra historia.
Posiblemente colaboren a lo que acabo de decir los propios partidos políticos, que en lugar de emplear su tiempo de campaña electoral en decirnos lo que pretenden hacer si llegan a ser elegidos para gobernar, por el contrario se dedican -en mi opinión- a tratar de descalificar a sus contrincantes u oponentes políticos, tildándoles de todo lo posiblemente imaginario. Con ello, muchos ciudadanos, unos quizá por falta de formación, otros por puro fanatismo político, se creen a pies juntillas los mensajes de los líderes del partido de sus amores, y luego en lugar de razonar y tratar de formarse su propio criterio libre e independiente acaban fanatizándose y lejos de reflexionar y razonar acaban embistiendo. Si les das tu opinión en sentido contrario a la suya, te tildan de todo. Olvidan que lo que los españoles conseguimos al salir de la dictadura fue un régimen democrático y de libertades, en el que entre otras cosas nos da el derecho al voto libre y secreto, lo que quiere decir que cada cual es libre de votar a unos u otros, a votar en blanco o a quedarse en casa y no hacer uso de su derecho al voto, que a fin de cuentas es eso, un derecho, no una obligación.
Pasan los años y las décadas, y no aprendemos, aún está malísimamente visto que pueda haber entre nuestro círculo de amistades, vecindad o parentesco que a alguien se le ocurra votar lo contrario de lo que cada uno de nosotros consideramos correcto y conveniente. Cada uno creemos estar en posesión de la verdad más absoluta, y los equivocados siempre son los otros. Posiblemente yo también con mi manera de pensar y ver esta cuestión sea uno más de tanto equivocado, pero pienso que ya va siendo hora de ir dejando en el olvido épocas pasadas y empezar a pensar que cada vez que tenemos la oportunidad de votar lo hagamos en base a una reflexión sobre la situación de cada momento y pensando siempre en los intereses del país y la ciudadanía en su conjunto, y no tanto en que ganen aquellos que nos caen más simpáticos y afines a nuestras creencias políticas, porque ellos también tienen el derecho y la posibilidad de estar equivocados, y en vista de lo que pasa, está demostrado que más de una vez lo están unos y otros.
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