La avaricia no tiene límites
Parece este un país en el que la justicia brilla por su ausencia. Donde las grandes empresas se salen siempre con la suya. Entre ellas, las compañías aéreas.
En su búsqueda por engrosar aún más sus cuentas, vemos cómo miles de personas se han visto afectadas por vuelos retrasados y cancelados dejando al pasajero indefenso. Una maquinaria perfectamente engrasada que, ante las reclamaciones de los pasajeros, responde con burocracia. Una burocracia imposible de asumir, que mantiene el "statu quo": la banca siempre gana.
Pero esto se ha acabado. La justicia social tiene sus armas y ya, amigos, hay personas que se han puesto a trabajar. Existe una plataforma que cada día crece más (www.reclamaciondevuelos.com), formada por un equipo de letrados que gestionan la demanda con un 98% de efectividad y que pelean hasta conseguir una indemnización justa.
A las compañías no les gustan estas nuevas reglas de juego. A nosotros sí.
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