Paz futura, presente de guerra
Que en las regiones de Colombia controladas por las FARC ya no haya combates nos llena de alegría. Por fin se pactó el cese bilateral del fuego y de las hostilidades que por muchos años ha exigido el pueblo colombiano, grito por la vida y por la paz que ha tenido eco en Asturias.
Y el hecho de que en extensas regiones el conflicto armado esté subiendo de nivel, junto con el rearme paramilitar de la derecha y el plan de exterminio en marcha contra la dirigencia social, como lo constató la 12.ª delegación asturiana en marzo, nos preocupa.
La paz basada en la justicia social es un propósito que millones de colombianos buscamos desde hace mucho tiempo, y será una conquista de las gentes movilizadas, pues allá (como en todas partes) la equidad y la justicia social no llegan por gracia divina, ni por concesión de las élites, ni se conquistan estando sentados.
El fin del conflicto armado con las FARC está cerca, pero aún está muy lejos el fin de la guerra con las guerrillas ELN y EPL, insurgencias invictas con las que el gobierno de Juan Santos ni siquiera ha iniciado diálogos formales y a las que amenazó hace tres días con cárcel o muerte si no aceptan sus condiciones de inmediato. Ese lenguaje sólo sirve para la propaganda, pero no soluciona los problemas, y si no hay negociación, habrá guerra para rato, como si fuera poco el más de medio siglo que llevamos en ella.
Nuestra esperanza de conquistar una vida digna se ha reforzado con los avances en las negociaciones con las FARC. Pero nos preocupa la escalada del conflicto en muchas regiones con las demás guerrillas, el rearme paramilitar constatado por organismos internacionales y el plan de exterminio que deja en lo corrido del año 32 personas asesinadas, entre dirigentes sociales y defensoras de los Derechos Humanos. Como si fuera poco, Colombia superó a Siria en las cifras de refugiados internos, según datos de ACNUR de hace un mes.
Luchar por la paz y por la vida nos da alegría, fortaleza. Compartimos esperanzas y llamamos a la solidaridad asturiana a reforzar, a seguir acompañando nuestras demandas de respeto a los Derechos Humanos, diálogo político, cese del fuego y de las hostilidades con todas las guerrillas y en todo el país ya.
Colectivo de colombianos refugiados en Asturias.
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