El deber de Álvarez-Cascos
No pertenezco a ningún partido político ni a ninguna organización sindical pero nací aquí, vivo aquí y padezco este país gobernado por el Iluminado ausente, por falsas feministas que tratan de ocultar sus carencias con argumentos incalificables, por ministros ignorantes y prepotentes. Y en este contexto de otoño, de hoja caída que refleja la realidad de España sólo espero que algunos que en momentos más fáciles quisieron ser políticos, se decidan de nuevo a serlo, porque hay motivos para volver:
-Los aprendices que quedaron no dieron la talla en las muchas ocasiones en las que pudieron hacerlo.
-Los que quisieron sustituirles no pudieron demostrar si realmente estaban preparados porque no les dejaron.
Es posible que unos y otros olvidarán lo que tenían que hacer: trabajar, pero no para mantenerse en el cargo o llegar a él, es decir se olvidaron que not enían que trabajar para ellos, sino que tenían que trabajar para los demás.
¿Hasta cuándo van a esperar los que sí demostraron que sabían trabajar para todos?
¿Qué les preocupa?
¿Qué le preocupa a usted señor Cascos?
Tener como contrincantes a los que viven de la política en un país en el que la gran mayoría de la población sólo quiere vivir de su trabajo, de un trabajo que cada vez es más un espejismo que una realidad.
Acabo como empezaban mis abuelos sus cartas: "espero que al recibo de la presente usted y los suyos se encuentren bien... yo de momento estoy bien sólo gracias a Dios..."
Jessica García Menéndez, Gijón
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