Los toros y la catadura moral de ciertos detractores
Los comentarios en las redes sociales a propósito de la muerte accidental del torero segoviano don Víctor Barrio (q.e.p.d.) están dejando al descubierto la vileza y mala uva de algunos de nuestros conciudadanos. Se puede estar en contra de las corridas de toros o fiesta taurina en general, pero de ahí a llegar a manifestar y demostrar contento por la muerte de un torero en ejercicio de su profesión creo que hay una diferencia y barrera tan despreciable que jamás debería ser rebasada. Cuesta creer que tengamos entre nosotros a conciudadanos tan despreciables que demuestren alegrarse del mal ajeno hasta semejante nivel de bajeza.
No soy aficionado a los toros ni tengo vínculo alguno con el mundo del toro, pero entiendo que es algo que forma parte de nuestra cultura nacional y que debemos respetarlo. Si no nos gusta, en mi opinión, basta con no acudir a los espectáculos taurinos, pero de ahí a pretender agredir a quienes acuden y, aún peor, como en este caso, llegar a manifestar contento por la muerte de un torero en la plaza, pienso que ya es algo intolerable y muy difícil de entender por mente humana. Quienes así actúan, en mi opinión, no hacen sino un retrato de sus más bajos instintos, su bajeza moral y su muy mala leche.
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