Nuevo libro de Ángel Solís Álvarez
En este mundo en el que nos movemos, invadido de electrónica en el que tal parece como si toda la información hubiera de caber en un tuit o en unas imágenes, por el desmedido afán que tenemos en comunicarnos las cosas, ya ni siquiera miramos el libro, y si lo compramos es –porque mola– por la novedad de compartirlo con los amigos en Facebook o Twitter, porque también ahora la lectura va a ser una pose. Tengo la impresión de que el abuso de estas tecnologías precisan de alguna reflexión, esclavos del aparatito electrónico, descubrimiento que nos está derritiendo el cerebro y cambiando por completo la vida, hemos de elogiar el libro que desde hace algún tiempo se están dando un giro a los lectores que ven la literatura sustituida por esos sofisticados artefactos que nos proporcionan entretenimiento y la mutación de nuestra costumbre, tan útil como es leer. Hace cuatro años, el Gobierno brasileño, no sé si para fomentar la lectura o para aligerar las cárceles, dictó una norma según la cual acorta las penas a los presos a cambio de que lean libros, el límite son doce libros anuales, y le reducen la condena cuarenta y ocho días, y si al siguiente año lee doce libros más, cuarenta y ocho días más que reduce, y a mí me fascina todo esto, que la lectura de libros se utilice como penitencia o redención, y no como puro placer, si el libro es bueno. Hay que alargarle la vida al libro que languidece, y una buena manera de hacerlo patente es sumarse como aquí lo hace Ángel Solís Álvarez, con la publicación de su nuevo libro, que tiene una acogida agradable, y confiar en que continúe esta actividad largo tiempo para bien de la salud cultural.
Días pasados, la semana parecía tranquila y con pocas noticias interesantes, Día del Libro y exaltación a la lectura, todo en un mismo día, en mi caso tengo que decir que resultó muy prolífera, recibo el regalo de un hermoso libro, y no precisamente la inmortal obra de Miguel de Cervantes, sino el que ha erigido bajo su mecenazgo Ángel Solís Álvarez, su tercera obra con el título genérico “Como uno de tantos”, formato cuaderno 664 páginas, modestamente épico, con estilo preciado don literario que no desmerece en nada cualquier otro gran escritor reconocido. Un buen libro, de esos que cuando lo tenemos en nuestras manos, cuando pasamos sus páginas, nos invita a una lectura con apasionamiento, con fervor, esa sensación de querer devorar el libro y que a la vez no se termine nunca, nos da igual estar en la habitación o en el sofá, que haga frío o llueva o truene, gusta a todos, tiene de bueno que leyéndolo uno puede sacar sus propias conclusiones, pero a nadie deja indiferente.
La aparición de un nuevo libro de Ángel Solís es siempre una grata sorpresa, y en este caso viene acompañada por el placer de leer, no voy a aclarar todo el contenido porque no lo he leído todo, he de resaltar que “como uno de tantos”, es un palpitante friso del mayor personaje de la historia. Me he sentido halagado con el presente libro, tu regalo de estimación y afecto que me dedicas, pues dedicar un libro puede decirse es complemento grato a la tarea de escribirlo. Un venerado receptor que desde aquí te dejo mi gratitud y mi alegría de amigo.
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