La Nueva España » Cartas de los lectores » Carta a una profesora

Carta a una profesora

23 de Julio del 2016 - Myriam Enríquez Domínguez (Muros de Nalón)

Querida Elisa: Ante todo, muchas gracias por haber compartido de modo tan sincero y público tu decepción, tu perplejidad y tu frustración; muy comprensibles habida cuenta de los resultados de estas oposiciones tan marcianas. Al escribirte me mueve, únicamente, el compartir a mi vez, desde el corazón, y, quizás así, hacerte más llevadero este momento. Yo, como tú, soy profesora vocacional, pero me di cuenta un poco tarde, cuando ya llevaba más de 15 años ejerciendo como abogada en mi despacho, con frustración, rabia y desespero ante el abuso al que la justicia somete día a día a tantas personas indefensas e inocentes, especialmente a los niños. Un buen día, ya con más de 40 años, dos hijas, como tú, y un paciente marido, me apunté a hacer el CAP; estudiar Filología Hispánica y preparar las oposiciones de Secundaria. Lo hice con el entusiasmo de quien inicia el camino que de verdad quiere recorrer, y eso me dio la fuerza necesaria para compaginar mi despacho profesional (incluso fines de semana, con las guardias del turno de oficio), mi familia y la Facultad. Estudiaba con ahínco, ¡sacaba matrículas de honor!, y empecé el obligado ciclo de profesor de Secundaria: suspendiendo toda cuanta oposición hacía a pesar de que las notas de la Facultad hacían prever todo lo contrario, sin opción de trabajo en listas de interinos y con un exigente despacho profesional que atender. Año tras año, día tras día, acumulando frustración y sin poder trabajar como profe, y así hasta hoy. Hace dos años cerré mi despacho y me lancé al vacío: traslado a Asturias de toda la familia, yo sin trabajo y sin derecho a paro tras casi 25 años de ejercicio profesional y vida nueva en un pequeño pueblo de la costa, no lejos del tuyo. El verano pasado me presenté a las oposiciones de Secundaria de Castilla y León, entré en listas de interinos y me llamaron, ¡por fin! para trabajar en un pueblo de León el último mes y medio del curso. ¡Cómo disfruté! ¡Cuánto aprendí! ¡Qué fácil fue todo y qué gratificante! Mes y medio de profe, ¡por fin! Mi marido y mis hijas, mientras tanto, en casa, sin mí; por eso tenía que afrontar, de nuevo, otra oposición, aquí, en Asturias. No quería, no podía, estaba muy desanimada, pero lo tenía que hacer. Me presenté y pasé la primera prueba con un 8,95 y después la encerrona con un 9,52. Elisa, tengo de media un 9,23 y, sin embargo, no voy a obtener plaza. No tengo puntos suficientes. Te cuento: tengo un punto por segunda titulación, 0,5 puntos por un C2 de francés y tenía 0,5 por experiencia docente que la comisión no me cuenta porque, aunque trabajé un año como profesora de Secundaria de adultos en un centro oficial, dando clase de Lengua, examinando, programando, evaluando, etcétera, como lo hice sin cobrar, ¡no vale! Aunque esté visado por la Inspección educativa. Y eso que trabajaba por las noches, de 8 a 10, después de atender mi despacho y de dar la cena a las niñas. Ni siquiera eso se considera como mérito añadido, cuando es obvio el valor que debe darse a esa tarea y la dedicación que eso supone en mi caso particular. Pues bien, Elisa, no sólo no voy a obtener plaza en esta oposición, sino que en la lista de interinos que me corresponde, en la que hay compañeros y compañeras con 100 puntos, yo me voy a quedar tan abajo que ni siquiera tendré opción a trabajar, ya no en una vacante, sino ni siquiera como sustituta. Y te diré algo más: en octubre cumplo 55 años. Sí, Elisa, me he lanzado a la piscina para nada: ya no tengo opciones, ya no tengo tiempo, ya no tendré otra oportunidad, y lo he dado todo, lo he puesto todo, lo he arriesgado todo porque quiero ser profesora, no ganarme un sueldo, y porque soy una buena profesora, muy buena, y eso ha quedado de manifiesto allí donde he tenido ocasión de trabajar (cobrando o no) y, además, estoy muy bien preparada (y mi 9,23 de media en las oposiciones, que no sirve para nada, lo demuestra). Pero otra vez me quedo fuera, sin trabajo, y en mi caso, con casi 55 años, eso significa un para siempre. Pero tú, Elisa, tú trabajas, tus alumnos tienen la suerte de tenerte con tu entusiasmo y tu buen hacer año tras año. No dejes que el sinsentido de este sistema de selección te eche fuera; sigue luchando por los chavales; ellos lo merecen, lo necesitan y lo quieren. Un abrazo, ¡ánimo y suerte!

Cartas

Número de cartas: 45964

Número de cartas en Septiembre: 68

Tribunas

Número de tribunas: 2084

Número de tribunas en Septiembre: 6

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador