Carta a un ídolo del fútbol
Mi admirado Leo:
Maliciosamente he querido dejar pasar un tiempo prudencial para ver si se enfriaba la mala leche que lleva recociéndose en mis adentros desde que salió tu sentencia. Esperaba algo de calma mientras el sumidero del tiempo se tragaba los primeros días de impotencia y desconcierto, pero ha sido inútil. Ya no puedo más. Lo que han hecho contigo es superior a mis fuerzas.
El mal rato que habrás pasado en Ibiza a bordo de ese yate tan coqueto que hemos viso en la tele. Te imagino enfurruñado y cabizbajo en la cubierta mientras los demás se tiraban al agua y me entra una desazón que me dan hasta taquicardias. No hay derecho.
Veintiún meses de prisión. Se me abren las carnes. Que defraudaste a Hacienda tres años para meterte cuatro míseros millones debajo de la teja después de esconderlos en paraísos fiscales. Eso dicen las malas lenguas. Y los jueces no tienen ni repajolera idea. No saben que tú estás en otra dimensión y que en cuestiones de dinero confías plenamente en papá, tú ni entras ni sales. Bueno, todo esto sí lo saben, pero te tiran de las orejas diciendo que no puedes desentenderte y evadir las consecuencias de tu desconocimiento fiscal. Y dicen también que si la declaración te salía a devolver deberías haberte maliciado de que aquello muy normal no era.
Y a lo que voy, lo más importante, ¿ es que tú no te vacías servicialmente en cada una de tus incursiones en el área contraria?, ¿ es que tú no colaboras en el gozo de millones de hogares cuando tu bendita zurda suelta uno de sus fulminantes chupinazos para batir la meta rival? Encima quieren vaciarte los bolsillos con el rollo de que Hacienda somos todos y las escuelas y los hospitales y las carreteras y el ejemplo de no sé cuántas cosas más que no van contigo porque tu reino no es de este mundo.
Nada que esto huele demasiado a un innoble politiqueo. Si Messi representa al Barcelona y el Barcelona representa al pueblo catalán, vamos a hacer daño a Messi. Ese es el razonamiento tan burdo que subyace en todas maniobras pseudojurídicas que te están amargando la existencia. Menos mal que el Barcelona es más que un club y rápidamente ha reaccionado para reparar tu imagen. Y si protestan los técnicos de la Agencia Tributaria por la campaña, que protesten. Somos millones los que no entramos por el aro.
Mañana mismo después de vacunar a mi hámster (adivina qué nombre le he puesto) voy a lanzar una petición de apoyo con la idea de que cada firmante aporte la cantidad que buenamente pueda para que te quedes como si nada después de la multa y se mueran de corajina y envidia los listos que te la han puesto. Seguro que hay gente que no llega fácilmente a fin de mes pero sí aporta algún desembolso, aunque sea simbólico. Así somos los que te endiosamos, campeón.
No lo olvides nunca y haznos el favor de recuperar la alegría de vivir a pesar de lo dramático de tu caso. Y si tienes que desteñir tu nueva cabellera rubia, no te acomplejes. Tuyo siempre.
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