El paripé de Rivera
Bueno, queridos, ¿esperabais otra cosa?
Todo esto era un enorme paripé que se veía venir desde antes de las elecciones.
Lo sorprendente es que los votantes de Ciudadanos se hayan creído aquello que repetía Rivera una y otra vez de que no iba a apoyar un Gobierno de Rajoy.
Supongo que a Rivera no le importa dinamitar la poca credibilidad que le queda entre sus votantes, quizá porque en el fondo ellos también saben que era una "mentirijilla" eso de que no iban a apoyar a Rajoy.
Puesta en escena con banderitas, a modo de lazo, de un gran paquete mediático de papel de celofán. El contenido, pobre, posiblemente pactado, asumible sin grandes problemas y seguro que con muchos aspavientos por parte del PP.
Pero nos han vendido el paquete, disimulando que el Albert ha pactado con el partido acusado de corrupción, acusado de asociación para delinquir, y que en cuatro años ha provocado la mayor pérdida de libertades y derechos de la historia.
Al abrirlo aparece sí a la investidura de Rajoy. Y, sobre todo, por el "bien del país", del Estado de derecho, por el bien de los españoles, dice el guaperas de Rivera, pero a mí y a miles de españoles no nos engañas, lo has hecho por tu bien y el de tu partido y, sobre todo, para el Ibex 35 y su futuro. Confío plenamente en la acción de oposición real por parte del resto de partidos políticos.
Ciudadanos ha sido un intento burdo de la derecha económica para mostrar una cara más amable de la derecha política, lavado de cara para poder presentarla como algo más homologable con la derecha europea.
A la postre, ha resultado fallido al no arrastrar el voto de centro-derecha, desengañado tras la última legislatura socialista y que votaba al PSOE, que ahora se ha ido hacia Podemos o la abstención.
Las causas habrá que estudiarlas y seguro que se llenarán portadas y columnas de periódicos con el tema, pero ello tras salir de este "impasse" actual.
Ahora, vistas las limitaciones del invento, la única función que le queda es cerrar filas con el PP bajo las órdenes de quienes les dieron vida y, si acaso, a pesar de todo, se va a la tercera cita electoral; acabaremos viendo que también cierran filas en aglutinar el voto. Llegado el caso, no me extrañaría que se inventaran alguna fórmula transicional con algún tipo de coalición.
Descartado el PSOE como apoyo, imagino que se centrarán en sumar fuerzas de los nacionalistas, fundamentalmente de los "jeltzales" de Ortuzar, más Coalición Canaria. Imagino que si pueden no se arriesgarán a ir a elecciones de nuevo.
En cualquier caso, van a tener muy difícil hacer determinadas modificaciones constitucionales, al ser necesarios 3/5 de votos de la Cámara para las vías menos rígidas o exigentes a efectos de mayoría necesaria y sin necesidad de disolución de las Cortes.
Será interesante, no obstante, ver el juego y posicionamiento de otros actores que en algunos casos pudieran confluir en intereses, particularmente en la reforma electoral.
No vamos a poner nombres ahora, pues se irán viendo los diferentes posicionamientos, y algunos se venderán como antinatura: al tiempo.
Pero antes, como se suele decir, habrá que llegar a esos ríos para poder cruzarlos, y veo demasiadas cosas poco atadas y al albur del destino, no a la inteligencia y el análisis sosegado y responsable. Pero, en fin, la chapuza es lo nuestro, un verdadero rasgo de identidad que lamentablemente nos define.
Toda la farsa de "las seis condiciones" no es más que una treta ante el pánico que le produce a Rivera la posibilidad de unas terceras elecciones. Sabe que si se dan, la mayoría de sus votantes regresaría en masa a votar al PP y su partido, armado de retazos derechistas, no sería más que una anécdota en el panorama político español.
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