El que la pilla, para él
Con estas palabras de "basta ya" deseo que todas las personas de nuestra región y, cómo no, de nuestro país tomemos conciencia de una vez por todas de la necesidad de intentar ser sinceros y honestos con nosotros mismos y con el resto de las personas con las cuales convivimos. Hace un par de días, en el periódico LA NUEVA ESPAÑA, saltaba a la luz de todos que este pobre hombre, al cual hasta cierto punto admirábamos por su tesón y con sus problemas físicos, intentando superarse cada día más, estoy hablando del señor Pablo Echenique, cuando, con su honradez, contrata a gente y no la asegura; es vergonzoso que sus ideales se corrompan por tan poca cosa.
Da pena y vergüenza, ¿verdad? Pero éste no es el caso al que me voy a referir; si todos nosotros hacemos acto de conciencia, quién de nosotros no conoce a algún prejubilado de Hunosa cholleando de albañil, de camarero... ¿Quién no conoce camareros que cotizan por cuatro horas y trabajan dieciséis horas?, ¿quién no conoce a limpiador@s de portales y escaleras que no cotizan ni siquiera una sola hora?, ¿quién no conoce a algún médico o a algún abogado que trabaja y que te cobra las consultas en dinero B?... Y los trabajadores del servicio doméstico, eso ya ni comentarlo, pues personas, como se suele llamar pudientes, son las peores.
Señores míos, antiguamente, cuando se luchaba por los salarios, la gente era una verdadera piña, no decía "el que venga detrás, que se joda". Ahora si tú trabajas por 5 euros la hora, siempre habrá alguien que trabaje por 4 euros, y así no vamos a ninguna parte. Gente como, ayer mismo me comentaban, una mujer, separada, con dos hijos, que recibía de su exmarido la cantidad de 400 euros más una ayuda de 750 euros y luego trabajaba de asistenta sin asegurar. Esto ya no da pena, a mí me da asco, pues fijo que hay mucha más gente con más necesidades. Solamente con las personas que yo conozco que están en estas situaciones daba para unas cuantas pensiones o unas cuantas ayudas más. Sinceridad ninguna. Honestidad, cada día menos, y así como decíamos hace tiempo, y así nos va... El que la coja, para él.
Aladino Fuertes Valdés
La Felguera
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