La minga de Echenique
Si bien es cierto que ya quedan pocas cosas que, emanando de las calenturientas mentes de nuestros políticos, puedan llegar a sorprendernos, también lo es el hecho de que nunca deberemos perder la esperanza de que aún nos quedan muchas otras por ver que puedan llegar a superar la más atrevida de las imaginaciones. Las imágenes difundidas en un medio digital en el que se ve y oye a quien por aquel entonces aspiraba nada menos que a ser presidente de Aragón, Pablo Echenique, en las elecciones autonómicas del pasado 24-M, pueden dejar atónito al más templado de los mortales. Aunque es sabido, por notorio, que estos políticos de nuevo cuño, fundamentalmente los alineados dentro del círculo morado de Podemos, no se vienen caracterizando precisamente por su buena educación, y la humildad no está precisamente dentro de sus virtudes, nadie se hubiese atrevido a pensar que pudieran llegar a tamaña grosería. Si ya es bien grave, en sí mismo, el lamentable hecho protagonizado por el citado individuo, que traspasa los límites de lo zafio, aún lo es más el que alguien como Pablo Iglesias, que se ha presentado a dos elecciones generales como aspirante a la presidencia del gobierno de España, junto a otros altos cargos de la cúpula de su partido, le estuviesen haciendo alharacas, coreando y aplaudiendo su actuación. A este paso, fuera de nuestras fronteras, vamos a tener que acabar por avergonzarnos de proclamar que somos españoles. ¡Qué país!
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