Antón y la fiesta del cordero
Recientemente, como aquí se informó cumplida y detalladamente, los concejos de Lena y Quirós celebraron su anual encuentro en la pradería de Llagüezos, situada en el alto de La Cobertoria, en donde la cordillera del Aramo tiene su nacimiento, su agreste y rocosa belleza, al igual que La Mostayal, cumbre que se puede calificar como un apéndice suyo. Ejemplar y entrañable confraternización de las buenas gentes de estos dos concejos, cuyo motivo no es otro que comerse el tradicional cordero asado a la estaca, todo un "bocatto di cardinale". Creo que en esta gástrica confraternización, una docena de asadores se ventiló, a fuego o brasa lento, unos sesenta corderos. Naturalmente, todos ellos regados con un buen vinín o la obligada sidrina.
Aquí se informó también de que era ya la 49ª edicion de esta fiesta del cordero, al haber sido instituida en 1984. Esta fiesta del cordero está considerada como de interés nacional y en ella se elige y homenajea a los "güelinos del Aramu". He aquí una fiesta asturiana completa, una verdadera y entrañable demostración de lo que es nuestro medio rural, de sus buenas gentes, ellas y ellos, tan dignamente personificados en esos "güelinos" y "güelinas", que en Llagüezos han sido un ejemplo y demostración de una larga vida de honradez, trabajo y sacrificio en ese medio rural que aquí, en LA NUEVA ESPAÑA, venimos defendiendo y recordando, rebobinando años y tiempo, un tiempo pasado en el que nuestro medio rural y aldeano carecía de lo más elemental y necesario, como eran carreteras, luz, agua y cuanto tenía y sobraba en la ciudad. Y que uno conoció, defendió y denunció inútilmente, porque la "sordera oficial" era completa e injusta. Y bien se me tuvo en cuenta a la hora de concederme el carné de periodista, al que tenía todos los derechos habidos y por haber, en 1960. Se me negó en Madrid, porque la Delegación de Información y Turismo de Asturias informó desfavorablemente mi solicitud.
Pero volviendo a la fiesta del cordero en Llagüezos, diremos que el primero que introdujo y creó aquí, en Asturias y en España, este sistema de asado fue un lenense, de los Pontones, Telledo, en el valle del Huerna, que había sido gaucho en la Pampa argentina, un gran paisano. Conocido y apreciado como Antón, "el americanu de los Pontones". Uno conoció a Antón en 1944, en Riospaso, y me contó su fabulosa aventura en la Pampa argentina, en donde aprendió el asado no de corderos, sino de reses vacunas, sistema que luego él, aquí, aplicó al cordero. El primer alumno que tuvo Antón fue Agadía, cuya buena técnica de asado bien la demostró luego en Llagüezos. A buen maestro, mejor alumno.
Antón fue también un gran paisano que en la Argentina dejó ejemplar constancia de su hombría de bien y de su señorío rural y aldeano. No estaría de más que se le recordara de alguna manera en Llagüezos. De este gran paisano nos ocuparemos aquí en otra ocasión.
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