Linares, irrepetible
Me llamo Conrado Álvarez Bringas, tengo 74 años y conozco a Manolo Linares desde que yo tenía 14 o 15 años, la época en la que iba con mis padres a Navelgas a la fiesta de La Caridad. Allí conocí a Manolo entre el grupo de chicos de nuestra edad, pero donde realmente nos hicimos amigos fue en Madrid, años más tarde, cuando ambos estudiábamos.
A raíz de esa amistad compartí con él y con su familia en Navelgas cantidad de eventos, siempre impulsados por él.
Recuerdo cuando inauguramos un ajedrez gigante construido en la calle, una de las primeras iniciativas a favor de la localidad, a la que siguieron otras como el "Día de los Pueblos", el concurso de pote, la esfoyaza y el bateo de oro. Tantas y tantas vivencias compartidas con tu padre, Lulo Nieto, que insistía en que en su familia no quería "artistas ni guitarristas".
Esta misma semana, muchísimos años después del nacimiento de aquella amistad, volvimos a encontrarnos en Navelgas, una vez más para acompañarle en otra de las incontables iniciativas del artista a favor de su pueblo, ahora con motivo de la bendición de la capilla de la Virgen de la Caridad del Cobre, en cuyo acto el padre Ángel le sugirió actuar como monaguillo.
Amigo Manolo, te felicito, como lo hicieron las decenas de personas que abarrotaban la iglesia para ver la maravillosa obra de arte que has creado. Es fantástica, animo a las personas que vayan por Navelgas a que no dejen de visitar la ya conocida como "Capilla Sixtina" de Manolo Linares, convertida en un reclamo turístico, cultural y religioso que seguro que los vecinos sabrán apreciar.
Más de un centenar de tus amigos aparcamos con gusto nuestras tareas del pasado miércoles para desplazarnos a Navelgas, tu pueblo, y acompañarte en el momento de la inauguración oficial de tu última obra, un mural de varios metros en el que, subido a un andamio, trabajaste durante varias semanas sin descanso. Espero que la gente, especialmente de Navelgas, sepa valorar la inmensa fortuna que tiene al contar con un vecino como tú, que merece mayúsculas.
Resulta sobrecogedora la imagen que reproduce la muerte del niño Aylan, convertida en una llamada de socorro ante tanta falta de humanidad. Sólo personas como tú poseen la capacidad para lograr captar y transmitir algo tan duro como muestra esa escena.
En nombre de mi familia te reitero la felicitación y me enorgullezco una vez más de tu grandeza personal, esa que te hace tan querido y apreciado en el mundo entero.
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