Yo quiero elegir político

Yo quiero que a la hora de decidir por quién voy a votar, poder votar por la persona, el político que me va a representar, no por el partido que pueda presentarlo en su lista; no. Quiero votar a quien me vaya a representar de verdad. Por ello, quiero, como gran parte de españoles, votar por unas listas abiertas y que mi voto vaya no para un partido o grupo político, sino para la persona por la que yo quiero votar.

Yo quiero poder votar a una persona que va en una lista cuyo líder que la encabeza no me interesa votar. En vista de que la situación de estos partidos o grupos políticos que se presentan a las elecciones bajo unas siglas me obligan a decidir por un grupo o partido político y no por la persona que yo he elegido o he querido elegir, estoy pensando que mientras no se dé esta libertad para los españoles de poder decidir a sus representantes en el Congreso de los Diputados, no me encuentro en condiciones de poder decidir mi voto.

Si yo fuese político y me encontrara en el lugar del señor Rajoy ya hubiese abandonado la idea de encabezar la lista del Partido Popular. La hubiese abandonado, aunque solamente fuese por el mero hecho de no soportar una oposición que me estaría atacando continuamente e intentando mi deterioro político, bien sea con razón o sin razón, porque en esta vida hay algo, bastante, mucho más por lo que uno o una se pueda sentir satisfecho, al margen de ser un líder político.

Si me encontrara en el lugar del señor Sánchez, hubiese hecho lo mismo, pero por motivos distintos. Porque considero que los motivos del señor Sánchez están basados única y exclusivamente en su supervivencia, y aunque solamente sea por mantenerse como líder del Partido Socialista por unos meses o días más, está dispuesto a llevarnos al caos político en este país. No voy a explicar los motivos que me llevan a pensar así del señor Sánchez porque me extendería demasiado y sería, al final, inútil, porque para cualquier explicación o justificación de mis pensamientos siempre habrá una salida plausible para él y para aquellos que lo defienden, pero estoy en mi derecho de pensarlo, al igual que otros están en su derecho de su forma de pensar y de entender esta situación que ya nos tiene a todos los españoles agobiados.

Referente al señor Rivera, qué puedo decir. Pues puedo decir que, por ahora, me parece el político que más ha hecho por intentar salvarnos del caos, intentando negociar, primero, con el Partido Socialista y, ahora, con el Partido Popular.

Sí, porque es un partido de centro, y el PSE (le quito la O porque no se la merece), que se considera un partido muy de izquierdas, pero que es, o ha demostrado ser, un Partido Socialdemócrata, y C,s es un partido de centro, que unos lo inclinan hacia la derecha y otros hacia la izquierda. Pero cuando estás en el centro siempre te llevan según los intereses del que te critica. Aunque, al menos, es el único que se ha inclinado por intentar que en este país pueda formarse un Gobierno. Y yo tengo que decir que fue la parte que menos me ha disgustado en esta pasada investidura. Al menos se ha arriesgado a ganar o perder votos en el caso, cada vez se ve más claro, de que nos lleven estos políticos, todos irresponsables y egoístas, a volver a las urnas por tercera vez (inédito en este país), por querer mantener viva la supervivencia, unos y otros, como Podemos, el sentirse cada vez más ignorados por los ciudadanos que en su día depositaron toda su confianza en ellos. De Izquierda Unida ya ni quiero hablar, porque al decidir el señor Garzón unirse con Podemos pensando muy erróneamente que sus votos se sumarían a los de Podemos y se sentirían vencedores o casi vencedores, lo que ha conseguido ha sido perder toda credibilidad y ha sentenciado de muerte a Izquierda Unida. Pero hay que darse cuenta de lo que ha conseguido con esta unión. Tiene voz y voto en el Congreso de los Diputados. Es decir, se siente algo más que un diputado. Y lo peor de todo es que piensa que se va a comer el mundo desde la tribuna del Congreso.

Claro y muy claro lo habían dejado todos los partidos y grupos políticos de que no era nada aconsejable, más bien muy perjudicial para este país, volver a otras elecciones, que, por otra parte, nos llevarían a una situación similar, lo cual quiere decir que podríamos pasar a otras ya no terceras, sino cuartas, quintas, etcétera. Hasta que el señor Sánchez se vea obligado por su partido a renunciar a desempeñar la labor que las bases de su partido, en su día, le han encomendado. Y ese día llegará cuando se celebre el congreso pendiente desde hace año y medio y que él intenta retrasar porque sabe que no habrá congreso mientras no haya Gobierno. Tanto criticar el retraso del congreso del Partido Popular, que, por cierto, son dos años de retraso, pero, al cambio, tanto me da que me da igual. Seis meses arriba o abajo, después de ser responsable de que en este país lleguemos a sobrevivir durante un año o más de Gobierno provisional.