De Aylan a Omran, 423 niños muertos
La foto del niño sirio Aylan Kurdi, hace un año, estremeció al mundo entero. Sin embargo, no ha sido suficiente para frenar la tragedia de quienes intentar llegar a Europa por vía marítima.
Existe un dato estremecedor: son 423 los niños registrados como muertos ahogados intentando llegar a Europa en el año que ha transcurrido desde la muerte en el Mediterráneo del niño sirio Aylan Kurdi. Por tanto, más de un niño al día después del gran impacto social y político que tuvo hace un año la difusión de la foto del cuerpo inerte de Aylan en la playa de Bodrum.
Hubo entonces mucha indignación y promesas de que tragedias así no deberían volver a suceder, pero lo cierto es que se han repetido a diario desde entonces. La foto del pequeño Aylan tuvo efectos inmediatos que con el paso del tiempo se fueron desvaneciendo. Hoy, después del acuerdo entre la UE y Turquía para frenar en territorio turco a los refugiados, la ruta de los Balcanes que usaban entonces las miles de personas que huían de la guerra está cerrada. Por tanto, los refugiados se ven obligados a usar caminos más peligrosos, como la ruta del Mediterráneo central entre Libia e Italia. Y no solo corren un gran peligro de muerte, sino que sufren abusos de todo tipo a manos de las mafias. Nada ha cambiado, sino más bien ha empeorado, en la causa primera de la crisis, la guerra de Siria.
Pero el niño Aylan era diferente: su camiseta roja, su pantaloncito azul, sus zapatitos, hasta su postura bocabajo en la orilla era distinta, como su soledad, porque parecía uno de nuestros niños arrastrado hasta allí por las olas de arena de una terrible historia. Sin embargo, era un niño sirio. O sea, como los nuestros, nacido en una sociedad pudiente, abocada al horror por una gestión nefasta de su debilidad. Como parecía nuestro, la indignación fue viral; pero como toda medida nuestra de la ética, la dignidad y la justicia, nos duró solo una semana.
Otra foto de otro niño, Omran Daqneesh, de cinco años, superviviente de un ataque aéreo en Alepo, se convirtió en icono de un conflicto que ha expulsado de su hogar a decenas de miles de personas. De Aylan a Omran, los niños sirios se mueren si huyen y mueren si se quedan en Siria. Un año después, la crisis humanitaria siria se ha venido agravando ante la inacción del resto del mundo.
Muy sensatamente lo afirmó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tras secarse las lágrimas: "No vengáis a Europa". Grecia por su parte, acumula aún 27.500 menores, privados de libertad, que serán deportados a Turquía por su vergonzante acuerdo con la Unión Europea.
Y España, con o sin presidente, sigue dando la espalda al refugiado: mientras no haya nuevas fotos para qué inquietarse.
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