Por favor, busco un psiquiatra
Cuando se sobrepasan los 65, 70 y 75, sólo caben tres cosas: una, acudir al psiquiatra; dos, acudir a otro psiquiatra para una segunda opinión, y la tercera, mirarse al espejo y llamarse tonto, más que tonto.
Observar cómo se medra mediante el juego de las mentiras; observar cómo la sonrisa Profiden llena el hemiciclo político; observar cómo la incultura histórica acapara los plenos; observar cómo algunos se apropian de un progreso llevado a cabo por todos los jubilados; observar que las universidades se han convertido en tapices para grafitis cobardes; observar que la cortesía es, actualmente, una asignatura de viejos; observar que la belleza femenina se ha convertido en máquina de placer; observar que los sin historia quieren quemar la que les dio libertad, prosperidad y democracia; observar que nuestras lágrimas sólo sirven para llamarnos tontos; observar que ya no se regala nada, que todo es un comercio.
Observar todo eso, ¿verdad que es para acudir al psiquiatra?
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