El crítico que no sabe autocriticarse

El pasado 9 de septiembre, el concejal de Foro en Ribera de Arriba Borja Fernández volvió a publicar en la edición de papel de este mismo periódico su carta titulada "La urgente necesidad de hacer autocrítica dentro de Foro". Cuando la volví a leer, se me escapó una risa tan descontrolada que las carcajadas se oyeron en Caravia la Baja. Lo mismo les pasó a todos los que lo conocen desde hace tiempo, porque no hay nada más divertido que oír a alguien que presume de saber más que Dios de todo y que sólo se dedica a criticar a los demás, dando clases de autocrítica en LA NUEVA ESPAÑA.

Lo único sensato que dice Borja en su carta es que la autocrítica es necesaria dentro de un partido político... excluido él mismo. Naturalmente, es una pieza fundamental dentro de todos los partidos políticos, pero ésta no puede implicar diagnósticos erróneos ni llevar a pegarnos tiros en el pie, que parece ser lo que pretende el concejal de Ribera de Arriba. Si Borja hubiese acudido a alguna de las reuniones que después de las elecciones autonómicas organizó el partido con sus afiliados y con sus representantes públicos, sería consciente de que Foro, con su presidenta y su secretario general a la cabeza, sí que realizó autocrítica, buscando explicaciones, pero sobre todo soluciones. Pretender explicar el resultado de Foro en las autonómicas de 2015 únicamente por el paso a un lado de Álvarez-Cascos, sin tener en cuenta la situación política del momento, con la aparición de nuevos partidos, y el apagón mediático que sufrimos, demuestra tener una visión y una altura política muy cuestionables.

Después de decir obviedades, relatar hechos pasados y repetir como un papagayo frases hechas, y de erigirse en representante de todos los afiliados y simpatizantes de su todavía partido, el concejal de Ribera de Arriba entra a valorar el, según su opinión, origen de todos los males: el acuerdo de coalición con el Partido Popular. Echo de menos en la carta de Borja que nos recuerde las reuniones informativas que la presidenta y el secretario general de Foro celebraron en noviembre de 2015 en todas las comarcas de Asturias, a cara descubierta, y que explique lo que él dijo sobre qué posición, según su criterio, debería haber tomado Foro en las elecciones generales: si mantenerse al margen, como si las decisiones tomadas en Madrid no afectasen a nuestra tierra; si acudir en solitario, con el resultado electoral que eso nos acarrearía, o si acudir en coalición con otro partido, en cuyo caso debería especificar cuál.

Es cierto que en las elecciones generales del año 2011 acudimos en solitario a las urnas, pero no lo es menos que la situación política en 2015 había cambiado radicalmente, con seis partidos en liza en Asturias para repartir ocho escaños, sabiendo que la ley d'Hondt premiaba con un escaño cualquier coalición y privaba de ese escaño a los demás. Ya sabemos los que lo conocemos que las matemáticas electorales no le entran muy bien al concejal, que cree saberlo todo. En 2011, además de estar cantada la victoria de Mariano Rajoy, no existía el peligro de un Gobierno de Frente Popular, pero ahora la posibilidad de un Gobierno populista amenaza la incipiente recuperación económica y los cimientos mismos de España como país. Frente a esta situación, una aplastante mayoría de afiliados y representantes de Foro consideramos que el único partido con posibilidad de gobernar, capaz de guiar a España por la senda de crecimiento, rigor presupuestario y credibilidad internacional es el Partido Popular, que, además, asume como propios puntos del programa electoral de Foro Asturias. Que un partido de ámbito regional, con únicamente tres diputados autonómicos, logre que un candidato a la Presidencia del Gobierno, además de ganador de las elecciones, adquiera una serie de compromisos con Asturias es un éxito histórico incontestable, que sólo pueden negar quiénes actúen basándose en prejuicios y sectarismo.

Teniendo en cuenta que la política es el arte de lo posible, me gustaría que los miembros de Foro críticos (y cuando hablo de críticos, hablo de aquellos que se han negado a hacer campaña electoral o que han rehusado cubrir las mesas electorales) con el acuerdo de coalición nos aclarasen cuáles son sus preferencias para el Gobierno de España. ¿Estarán por la labor de un Gobierno de Frente Popular? ¿O preferirán que nos gobierne un partido que lleva entre sus propuestas paralizar la llegada de la Alta Velocidad a Asturias? Como no parece que nos vayan a dar una respuesta, resulta bastante evidente que lo que pretende la mayoría de estos críticos con el acuerdo de coalición PP-Foro es que nuestro partido, en lugar de actuar con responsabilidad, coherencia y sentido común, se deje guiar, como hacen ellos, por rencillas y vendetas personales; que los representantes de Foro dejemos de pensar en los intereses generales de Asturias y España, y nos preocupemos únicamente de satisfacer el rencor de quienes no quieren que el PP gobierne. Sinceramente, si Borja antepone sus filias y fobias al interés general, no sé si sería positivo que llegase a tener responsabilidades políticas relevantes.

El acuerdo de coalición sería criticable si incumpliese los estatutos de Foro, revisase el discurso mantenido hasta ahora u obligase a las juntas locales a cambiar sus posturas o sus acuerdos de gobierno. Como nada de esto ha sucedido, lo que queda de manifiesto es que lo que muchos intentan es anular, sin ninguna legitimidad democrática, las decisiones de la comisión directiva, órgano que representa a todos los militantes, y elegido en un congreso por estos. Todos deberíamos tener claro que en un partido con democracia interna las decisiones se cambian ganando congresos, no escribiendo artículos de periódico o concediendo entrevistas, y que los estatutos están para cumplirlos, no para saltárselos a la torera y lloriquear y patalear cuando su incumplimiento trae acarreadas consecuencias.

Lo que no dice Borja en su artículo es que él anunció, públicamente y en vísperas de las elecciones del 26-J, que no iba a votar al partido que le hizo concejal y al que representa en el Ayuntamiento de Ribera de Arriba. A pesar del desprecio que esto supone a sus todavía compañeros, puede estar tranquilo: en Madrid tiene a un diputado y a una senadora asturianos a su disposición y a la de todos sus vecinos.

Adrián Pumares Suárez, concejal y portavoz de Foro Laviana

Pola de Laviana