Caso Soria, craso error
Su nombramiento fue un clamor dentro del Partido Popular y no le quedó más remedio a José Manuel Soria que tirar la toalla. A pesar de la defensa de su buen amigo Mariano Rajoy, tras la torpeza del ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, el cerco crecía por momentos y era notorio el enorme daño que se estaba imponiendo.
Si cuela, coló. Esa era la filosofía. Pero, peor no se pudo hacer. Finalizada la votación del no a Rajoy, varios portavoces acababan de denostar al PP llamándole "el partido de la corrupción". Asimismo, pocas horas antes Ciudadanos había firmado con el Partido Popular un acuerdo en el que figuraba el rechazo tajante a comportamientos como el conocido como "puertas giratorias". Y al ministro de Economía, evidentemente consentido por el presidente del Gobierno, no se le ocurre más que comunicar la designación de José Manuel Soria López como candidato del Reino de España a una de las direcciones del Banco Mundial inmediatamente después de la votación de los diputados. ¿Se imaginan ustedes cual sería la situación de Pedro Sánchez si hubiera sufrido un ataque de responsabilidad y hubiera votado afirmativamente a Mariano Rajoy? ¿Qué haría entonces con su voto? Sí, señores, así ha sido.
Ahora, descartada la maniobra, Soria tiene que mostrarse como un mártir político sacrificado en el altar mayor del qué dirán. Y seguirá creyendo que el revuelo ha sido desproporcionado. Como lo era también su puesto en el
Banco Mundial. Y como lo era su sueldo. Pero habrá que seguir alerta. Este tipo de situaciones son ricos en diferentes giros argumentales y, para el propio protagonista, incluso puede acabar en final feliz. Muchos nombres descartados para la vida pública, por algún escándalo sonado, reaparecen más tarde en el BOE de turno con nuevas y bien pagadas atribuciones. Sucede con antiguos ministros, ex embajadores, secretarios generales... ¡Qué caros salen en este país los servicios prestados!
Por el contrario, muchos otros con menos suerte, tienen que conformarse con precios de tienda de todo a cien.
En definitiva. este sí que ha sido un enorme error de bulto para toda la opinión pública.
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