Abriendo camino: el concierto

Muchas eran las expectativas para el concierto celebrado el pasado 7 de septiembre de 2016 en la céntrica plaza de Camila Beceña, de Cangas de Onís.

Un acontecimiento que vino avalado por el ayuntamiento de Cangas de Onís, Incatur, y la sociedad de festejos de San Antoniu, cuya actual directiva, se despedía con este evento, de su encomiable labor organizativa de los últimos años.

El pasado miércoles se consiguieron reunir siete estupendas bandas del oriente de Asturies, que ojalá hubieran sido más, puesto que cantera y calidad hay, pero entonces la duración del evento hubiera requerido otro tipo de formato, quizá para una futura ocasión.

Se concibió desde un primer momento como un espectáculo único e irrepetible, donde se celebraban más de 50 años de música en la comarca oriental, y que reunía para la ocasión conjuntos de cuatro concejos orientales, representativos de algunas de las distintas corrientes estilísticas que se desarrollan en la zona.

A las 10 de la noche comenzaron los riosellanos Almatrampa, artífices de un rock hecho con corazón, experiencia y unas ganas tremendas de presentar su excelente segundo disco titulado En buenas manos en un escenario grande.

Abrieron con Los Nuevos tiempos arden al que añadieron otros dos temas incluidos en él. Continuaron con El Laberinto que es la canción estrella de su primer disco, para luego cerrar con su primer single del 2016 Cuando cae el sol, una canción optimista y con ritmo trepidante. Una gran actuación, con el único pero de que a primera hora, no había llegado todavía gran parte de público que se perdió una actuación de alto nivel.

El segundo grupo, los también riosellanos Seu, destacan por calidad y originalidad, practican un folk contemporaneo con gaita midi y batería, algo poco usual por estos lares. Había un sector del público con curiosidad por ver a estos músicos, de grupos muy conocidos de nuestra zona como son Corquieu, o Los Buhos, haciendo sonidos distintos a lo que nos tienen acostumbrados. Cambiaron para esta ocasión la guitarra acústica y el bouzouki por dos guitarras eléctricas, y desde un amplio sector del público la gente confirmaba que el sonido llegaba con una calidad envidiable. Para la canción Llunes, contaron con la colaboración de Daviz Rodriguez y Kiko Martinez, ambos integrantes de Mala Reputación, y se despidieron con la prestosa Añada Alba/Dancesque estrenaron para este show. Resulta increíble que no tengan al menos un disco editado, ya que cuentan ya con más de una docena de temas propios, pero las condiciones actuales del mercado, hacen que solo quede como vía la autoedición. Desde abajo del escenario el público fue cogiéndoles el pulso, y sin duda fueron una de las sorpresas de la noche.

El tercer conjunto fueron los llaniscos Full Moon Riders, un grupo que llevaba tres años sin actuar en público, y que en su regreso a los escenarios dejaron con la boca abierta a muchos de los asistentes, con su estilo que fusiona el Hard Rock de los 70, con los sonidos actuales.

Personalmente los había visto hace unos seis años, y en todo este tiempo se nota una progresión musical, que explica porque suenan tan potentes en el escenario. Remataron con una canción que recordaba a los sonidos californianos de gente como The Doors, con su cantante entregado para la causa, y manteniendo el listón de los grupos precedentes.

La cuarta banda en aparecer fueron los locales Söax, un grupo formado por antiguos componentes de varios grupos orientales como Los Yous, Lubok, o Avalle Van, unidos al compositor Ramón Prada. Practican sonidos cercanos a gente como Muse, una mezcla de rock con sonidos eléctricos, voz femenina, y con una contundencia sonora poco frecuente. Su show empezó con una intro que fue abriendo paso al primer tema con el sugerente título de Use your mind. En total cinco canciones repletas de intensidad sonora, brillando con luz propia en su segunda presentación pública, y su primera actuación en un escenario grande como grupo. Brillantes.

El público seguía llenando la plaza, y el punto álgido llegó con los también cangueses Mala Reputación, un grupo totalmente sólido y consolidado, con siete discos en su haber, y una trayectoria próxima a los 20 años en los escenarios. Abrieron con Fuego el primer y espectacular single de su último disco, continuaron con la clásica Para que jueguen los gatos y tras otros dos temas más, cerraron con Abriendo camino que daba título al concierto, y que simboliza el más de medio siglo de presencia de músicos del oriente de Asturias en los escenarios. Una actuación redonda, con un feedback espectacular con el público, parte de él joven, que animó el ambiente a pesar del persistente orbayu que empezaba a caer en el momento de su actuación.

Tras el correspondiente cambio entre grupos, salieron a escena los parragueses Neurotics, que hacía 16 años que no tocaban juntos en un escenario grande. Su última aparición data del Doctor Music Festival celebrado en Asturias en el año 2000. Un privilegio absoluto volver a ver a estos magníficos artistas, que han sabido evolucionar a través de los años y mejorar en calidad, además de poder revivir los recuerdos de sus actuaciones a finales de los 90.

Interpretaron seis canciones, incluidas sus dos singles principales Without you y la famosa Inside, que daba título a su único disco editado con la multinacional EMI. Están en plena forma y como soñar es gratis, me pregunto cómo sonaría un disco suyo, en la segunda década del siglo XXI, seguro que genial.

Para cerrar la noche quedaba otro de los platos fuertes, y que además jugaban en casa. Ermitaños del Río regresaron también desde una larga temporada sin pisar escenarios grandes, aunque salpicada de esporádicas citas puntuales, normalmente una por año, para tocar para amigos y simpatizantes en pequeños conciertos.

El esperado regreso del mejor grupo de Reggae que dio Asturias, supuso seis brillantes temas que movieron al público sin parar, auténticos himnos coreados por el respetable, y que son cultura popular en tierras canguesas. El detalle de poner un maniquí ante la ausencia por causas laborales de Nestor, que contó chistes en diferido gracias a una grabación hecha para el concierto, y el buen rollo que se gastan en el escenario hizo el resto. Con ellos siempre queda pendiente la eterna pregunta ¿para cuando el segundo disco de Ermitaños? Se miran entre ellos y responden con picardía con otra pregunta, pero es algo que la gente pide, porque Ermitaños somos todos.

Para finalizar tocaron un rocanrol a ritmo de Reggae, en el que miembros de todos los grupos subieron al escenario, para cantar juntos, y terminar una cita imborrable en la trayectoria musical del oriente asturiano, que sin duda permanecerá en la retina de los aficionados durante largo tiempo.

Hay que resaltar el excelente grado de camaradería entre los músicos participantes, técnicos, público y la organización. Un respeto mutuo, y un buen rollo general, que permitió no solo que todo saliera como un engranaje perfecto, sino que creó unas vibraciones positivas que se notaron mucho en el público, y en el escenario. Una unión que ojalá de sus frutos musicales en un futuro en forma de nuevos conciertos, o quizá de colaboraciones.

Estamos deseosos de ver esas imágenes del concierto grabadas con cuatro cámaras, lo que unido a otras grabaciones paralelas, dará como resultado un documental que está ya en marcha, y que pondrá un punto y seguido en la larga trayectoria de unos músicos y una escena, que merecían un reconocimiento como este por el público en general.

Javier Pedraces

Es autor del libro Abriendo Camino. La escena musical en el oriente de Asturies 1960-2014