Arrogante satisfacción
Nada es tan casual como la arrogancia que desconoce las leyes de su comportamiento. Sin embargo, todo resultado tiene sus causas.
Lo relativo al caso es la información publicada por LA NUEVA ESPAÑA: «Las proyecciones de la oficina estadística europea (Eurostat) sitúan a Asturias como la séptima región de las 273 europeas con la peor tasa de dependencia en 2050 (prevé que haya 80,2 asturianos mayores de 65 años por cada 100 entre 15 y 64 años), un desequilibrio sólo superado en España por Castilla y León, lo que consolida las inquietantes previsiones demográficas de otros centros de estudios sobre Asturias y el conjunto del noroeste ibérico». No es extraño que de esas proyecciones para todo el noroeste ibérico se libren las provincias de Pontevedra (Vigo y su zona industrial), Cantabria (prolongación industrial del País Vasco) y las provincias de Valladolid y Segovia (eje Madrid-Valladolid). Sin embargo, sorprende que se incluya Burgos, al estar situada entre Valladolid y el País Vasco. Pero no sorprende que esté Asturias.
Hace 30 años existía Ensidesa, que era una siderurgia integral pública. Se empezó por prejubilar a profesionales mayores, pero sobradamente preparados, estando en plena eficiencia. Algunos habían emigrado a Asturias y de ellos algunos volvieron a su lugar de procedencia, pero la mayoría de los hijos se quedaron aquí, en el centro de Asturias. Luego fue vendida a capital foráneo y privado que la sacó adelante, siendo hoy ArcelorMittal, una de las más eficientes de Europa. Todo esto se nos vende históricamente como gran éxito.
Analicemos el caso: se desperdició capital humano eficiente y productivo amortizando su puesto de trabajo, y esto se hacía mientras ese personal tenía descendencia bajo su responsabilidad. Por otro lado, el beneficio y las decisiones pasaron a la city de Londres. Como ejemplo de otro proceder: Kuka (robots industriales) era una empresa privada alemana que en 1980 se hizo pública y un estado emprendedor (los robots eran y son futuro estratégico) sacó de ella grandes beneficios de capital humano y financiero. Si lo nuestro de hace 30 años fue un éxito, ¿fue un fracaso lo de hace 30 años en Alemania?
Lo cierto es que los JASP, muchos de ellos hijos de emigrantes, estudiaron carreras y emigraron, la mayoría a países europeos como Alemania. Afortunadamente, algunos jóvenes (aunque sobradamente preparados) retornaron al medio rural de sus antepasados (desde donde había emigrado la familia) para emprender algún tipo de producción. No obstante, la despoblación del campo por la huida de sus gentes a la ciudad es brutal. Esa despoblación cambia el hábitat: «El pasto para las vacas se cambia por pasto para el fuego» (imagen didáctica del empresario Francisco Rodríguez como para reflexionar).
Nos hemos convertido en pirómanos de nuestra propia existencia. Afortunadamente, emigrando desde otros lugares muy lejanos van llegando nuevas gentes para ayudarnos a hacer el esfuerzo de levantar el campo, ya que todo vacío tiende a llenarse y... ¡está tan vacío el campo como medio productivo agroalimentario o dando valor añadido al roble y al castaño!
Sed bienvenidos, juntos podremos. Roboticemos la producción de nuestros valles y vendamos fuera nuestros seleccionados excedentes con gran valor añadido.
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