La Nueva España » Cartas de los lectores » Por qué van de deportistas si sólo son hinchas

Por qué van de deportistas si sólo son hinchas

29 de Septiembre del 2016 - Julio Luis Bueno de las Heras (Oviedo)

La reciente mascarada colombiana, en la que sólo ha faltado el Santo Padre -en quien la cándida bondad es sustancial y el pacífico blanco natural-, y en la que nuestro actual Rey pareciera haber enviado sagaces señales de prudente distancia, tras verse obligado a representar, dicho sea con el merecido respeto, el guiñolesco papel que le reserva nuestra Constitución en materia de pronunciamientos institucionales, ha servido no sólo para cohonestar a la guerrilla sino, también, para abundar en evidencias y consabidos. Ha servido, por ejemplo, para comprobar una vez más hasta qué límites puede llegar, en un charcal perdido y pancista, el maniqueísmo de una clase política que impertérrita, arrogante e insultante, y sin cortarse un pelo, se mueve cínicamente, y con un par, por rancias consignas. Ha servido, también, para poner en evidencia el estúpido mimetismo de esa otra clase política que zangolotea desnortada porque se ha olvidado de los principios que debería defender con similar masa gris o genital, o lo que es peor, porque reniega de ellos, siempre acollonada, obsequiosa y ansiosa de que la ajunten interinamente los auténticos funcionarios de la progresía.

Ha dicho el líder de nuestro redentor partido anticasta (no sé si en ese momento con la sudadera de Kaleesi, con la del Ché, con la de Bob Esponja o con la Gumble, que en el fondo son como niños aunque quieran y puedan dar miedo): (Abro comillas) El acuerdo entre el gobierno colombiano y las FARC es una oportunidad para la esperanza y una muestra de altura política (cierro comillas). (Realmente la Madre Patria, perdón, esta nación de naciones, esta gente, sigue evangelizando las Américas, añado irreverente).

No recuerdo bien lo que comunistas y afines han venido diciendo sobre el juicio de Nüremberg, sobre las leyes del Punto Final y la Obediencia Debida en la Argentina, sobre el Indulto General chileno, sobre la represión del colaboracionismo en la Francia de Vichy, sobre la simbología nazi y el negacionismo del Holocausto en Alemania, sobre la suerte de prisioneros de guerra, presos políticos, rebeldes y disidentes en la Unión Soviética (y en Cuba y en Venezuela). O sobre lo que dicen acerca de nuestra propia ley de amnistía o sobre la prescripción de los delitos del franquismo y tal y tal. O sobre la derrota de no se sabe quién en el enfrentamiento del Estado con ETA.

Quizá, cuando me conste la posición de nuestros moralistas de carnet sobre todos y cada uno de esos y otros (abro comillas) conflictos (cierro comillas) que se matizan, modulan y etiquetan complaciente, condescendiente o inmisericordemente según su propio manual de estilo, quizás entonces abandone, junto con otros recalcitrantes reaccionarios, la triste y humillante convicción de que el terrorismo cunde y produce réditos, sobre todo si viene de la izquierda (que es de donde viene viniendo masiva y mayormente desde que tengo memoria). Porque mientras no se unifiquen honrada y equitativamente los códigos éticos cabrá pensar que la identificación de democracia y de dictadura, de liberación y de golpismo, de defensa y de represión, de legitimidad e ilegitimidad, en suma, de bondad y maldad, depende de la fijación previa de las coordenadas de derecha e izquierda, y que donde se impostan pontífices de la Justicia y magisterios de la Libertad y la Democracia sólo pudiera haber hooligans de su secta y trileros de la Historia.

Cartas

Número de cartas: 45933

Número de cartas en Septiembre: 37

Tribunas

Número de tribunas: 2082

Número de tribunas en Septiembre: 4

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador