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Una bofetada a la paz

4 de Octubre del 2016 - Javier Arjona (Siero)

-En el año 90 nos daban el pésame cuando el FSLN perdía las elecciones ante un conglomerado de partidos encabezado por Violeta Chamorro. La guerra y la paz estaban en candelero.

Nicaragua había resistido por 10 años de forma heroica la agresión de la contra auspiciada por EEUU, pero el precio pagado fue inmenso, y aunque los gestos hacia la paz ya estaban encaminados el voto se trasladó a la opción contraria representada por la burguesía que no había puestos muertos en la guerra y en la figura de la viuda de quien había confrontado a la dictadura somocista, el periodista Chamorro.

La conmoción en uno de los movimientos de solidaridad más intensos de Asturias fue enorme, y de manera casual nos convirtieron a quienes habíamos estado en Nicaragua en receptores del pésame. Siguieron 16 años de gobiernos neoliberales que destrozaron el 80% de los logros sandinistas, y el movimiento de solidaridad se retiró demasiado abruptamente, estrepitosamente, de Nicaragua. Sin embargo nadie niega que la paz en el terreno de las armas se formalizó. Nada menos.

-Este lunes 3 de octubre, tras el plebiscito impuesto por el presidente Santos en Colombia, y mientras acompañábamos a los 9 del Jovellanos ante el TSJA, de nuevo recibimos pésames por los resultados de la consulta colombiana contra la paz.

Los paralelismos no son tantos.

Una guerra de agresión en Nicaragua y un pueblo armado por su gobierno para defender, exitosamente, a su matria.

Una sublevación en armas en Colombia, tan antigua en el tiempo como la sandinista, por situaciones de opresión y desigualdades obscenas en democracia, derivada de un extrema y violenta avaricia de su oligarquía.

Y unas expectativas de paz comunes, con 26 años de diferencia.

Comunes son las propagandas adversas:

a un gobierno sandinista amparado en el nacionalismo del General minero y campesino que había derrotado a los yanquis en los años 30, se le pusieron los peores epítetos, dentro y fuera.. a pesar de.. haber abolido la pena de muerte, tener sacerdotes entre sus ministros, o propugnar el no Alineamiento con los bloques e incluso copiar casi la Constitución norteamericana para aplicar sus leyes.

A las guerrillas colombianas nacidas en los años 60 pero herederas de otras guerrillas liberales anteriores, crecidas con gente que simplemente huía del exterminio feroz.. se las señala con los peores insultos en un relato dominante y dominador donde los medios de comunicación entraron a formar parte activa de la contienda, a favor de la oligarquía.

Gaspar, el cura de la cuenca minera, ofrendó su vida en la liberación de Nicaragua.

Camilo, el cura colombiano que había estudiado en París, dio la suya en aras de la liberación, siempre pospuesta, de su pueblo; y Camilo, su ejemplo y sus textos y reflexiones y sus propuestas de acción tuvieron enorme influencia en el cristianismo revolucionario y en el propio Gaspar García Laviana.

Ahora, también las iglesias han vuelto a influir en los resultados del plebiscito reciente que levanta ampollas.

Curas, monjas, activistas que se la han jugado, siempre, en la defensa de los derechos humanos, por ejemplo la gente de Justicia y Paz, comisión intereclesial.

Y otros, obispos, jerarcas católicos, pero sobremanera iglesias y pastores evangélicos que parece que han tenido una decisiva participación en rechazar el acuerdo de paz con razonamientos por encima de toda razón: la ideología de género que aúna a católicos carcas y protestantes para atacar los derechos de las mujeres con ferocidad.

Ideología de género utilizada como ariete, perversa y peligrosamente, para atacar a los Acuerdos de terminación del conflicto que, ciertamente, presumía de haber escuchado a las mujeres y haber establecido una subcomisión de género.

Esta misma semana se ha escuchado de nuevo a la historiadora Amaia Caunedo desdecir y desmentir con datos el que la 2ª república española hubiera perdido las elecciones que dieron paso al bienio negro porhaber otorgado el voto a las mujeres por vez primera. Una leyenda persistente que ha insistido en determinar el voto a las derechas por la influencia de la iglesia sobre la decisión votante de las mujeres republicanas españolas.

Algo similar, para el debate y la documentación fidedigna, queda al escrutinio respecto a que las iglesias evangélicas y católicas hayan determinado o no en el recurso de la ideología de género como arma contra la paz en Colombia.

Aparente aberración susceptible de verosimilitud en el país Macondo, con medio millón de mujeres violentadas por la guerra, en un 95% a manos de las fuerzas públicas del Estado y sus secuaces paramilitares.

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