El último vuelo de mi hijo Pablo
Te fuiste hace un año, ¡Pablo querido! En un maldito día 8, paseando por tu Gredos del alma, sitio que, junto con Asturias, tú amabas tanto y en el que te sentías tan feliz. Con tu bonita moto verde Kawa y tu traje a tono, que con tu gracia decías: "No puedo estar más quilaor".
Un animal pegó un salto a tu paso y en el aire te levantó, y ése fue tu último vuelo a ese cielo por el que tanto te gustaba pasear. Te fuiste soñando, porque siempre tenías cosas para soñar, y riéndote, porque así me recibiste cuando te vi, sonriendo. Ése fue mi primer regalo tuyo después de irte y ahí empecé a pensar ¿qué pudo encontrar?, ¿o se preparó para recibirme como siempre, riendo?
¡Qué grande fuiste! Y así acabó aquí tu vida, pero como una estrella fugaz, dejando una estela de amor, risas y más amor. Y ya estás en la otra, en la que brillarás con la misma intensidad. Y aquí quedó la nuestra, muy difícil, pues hay que aprender y aceptar a llevarte sólo en el corazón. Pero como tu vida está dentro de la nuestra, siempre será bella.
¡Un beso, hijo querido!
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

