Insensibilidad
El 26 del mes pasado se publicaba una carta sobre la semana de la movilidad en la que se hacía una serie de precisiones sobre lo concerniente a las personas que tienen movilidad reducida. Se refería a la escasa vigilancia del aparcamiento para estas personas, pues es frecuente que aparque gente sin autorización, la utilización de tarjetas por furgonetas, yo lo comprobé en alguna ocasión, y la dejadez en habilitar el acceso a las aceras para personas en sillas de ruedas.
Citaba un lugar al final de la calle Tenderina, pero es más lamentable un paso peatonal con semáforos en esta misma calle, a la altura de Joaquín Blume, para cruzar al jardín al lado del Palacio de los Deportes, para lo que se debe superar la altura de ambos bordillos. Y no se citaba la incongruencia del Ayuntamiento o del Principado en cuanto a no obligar a instalar ascensores en dos parkings de la ciudad, y que están obligados por normativa, el de Renfe y el de la Escandalera. En este último se da la circunstancia que para salir y entrar con silla de ruedas tienes que compartir la rampa con los automóviles, con lo que ello significa, independientemente de la pendiente a superar.
Yo pediría que no esperen a la cercanía de las elecciones, y unos y otros tomen cartas en el asunto.
Si alguno de los responsables del tema lo desea, yo le facilito una silla de ruedas prestada para que vea, comprenda y se sensibilice con los que tienen que servirse de ella para su vida cotidiana.
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