Economía insostenible
Algunos escritores o articulistas, cuando se les agotan las ideas, recurren al refrito, que es algo así como recoger cosas que ya han contado otras veces y, con algunos cambios, hacerlas aparecer como nuevas. Eso es lo que ha hecho el Gobierno del señor Zapatero con la Ley de Economía Sostenible, ha encargado a algunos ministros y ministras que pongan sobre un papel sus ocurrencias y, mezclando tonterías, como otro conejo que sale de la chistera del irresponsable que tenemos por presidente, nos presentan una ley que, dicen, acabará con nuestros problemas. Por supuesto, esta ley no tiene nada que ver con una planificación de la economía (cosa que recoge la Constitución) discutida con empresarios, trabajadores y expertos económicos. No es un plan serio para un desarrollo industrial, energético, del campo, etc, con metas y plazos concretos, basado en la revolución tecnológica y en los cambios imprescindibles que la coyuntura económica y ecológica exigen, no es, en definitiva, lo que España necesita, lo que los ciudadanos quieren.
Durante mucho tiempo la gente de izquierda, los progresistas, han clamado por una Economía Sostenible, es decir, que se pudiera prolongar en el tiempo sin agotar los recursos naturales y sin convertir el Planeta en un lugar donde la vida se haga casi imposible. Esta concepción económica chocaba frontalmente con las políticas liberales, donde el crecimiento ilimitado de los resultados empresariales es imperativo para no entrar en crisis. Inevitablemente era el ecologismo de La Sandía, ya saben, verde por fuera y rojo por dentro, porque sin restituir al Estado el papel económico que el liberalismo y los neocon le han arrebatado no era posible dirigir y organizar una macroeconomía con esas características. Hace pocos años los ecologistas eran vistos por la derecha casi como bichos raros, gente con ideas e iniciativas que no molestaban demasiado, hasta, con cosas como salvemos a las ballenas, caían simpáticos. Pero cuando las argumentos de los defensores del medio ambiente se asientan en la realidad que todo el mundo percibe y se meten con los responsables de la destrucción del entorno, del cambio climático, la cosa cambia. La derecha internacional, al no tener respuesta, se ha vuelto verde de mentirijillas, fueron a Kioto e irán a Copenhague a procurar engañar al personal con discursos grandilocuentes que anuncian cambios y reducciones que no piensan realizar. Eso mismo es lo que le sucede a la pseudoizquierda. Como no es lo suyo, ni creen en estas cosas, no se han enterado que el concepto de Economía Sostenible ha sido sobrepasado por los acontecimientos. Ya no es posible la sostenibilidad porque estamos mas allá del límite que la Tierra puede aguantar y, en términos económicos, ya no se puede sostener un sistema donde la sobreproducción (responsable última de lo que está pasando) ha dado a luz a la crisis. ¿Como hacer entender a toda esta gente que, en muchos aspectos, hay que desandar camino?¿Como convencer a los ciudadanos de que no hay salida posible a la crisis sin un verdadero cambio, sin la Revolución Global que ya anunciaba el Club de Roma. Cuando en España el paro sigue creciendo y, a pesar del drama, los gastos no van dirigidos principalmente al desarrollo de la inmensa tarea que tenemos por delante, los discursos estilo engañabobos y los proyectos para distraer la atención del personal, no contribuyen mas que a empeorar las cosas.
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