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Roma no paga traidores

11 de Octubre del 2016 - Inocencio Granda Fernández (Oviedo)

Cuando era niño y el pastoreo de mis vacas me lo permitían estudié un poco de Historia de España; demostrado queda por el encabezamiento. Quiero decir que no era un niño señorito de ciudad al que se lo dan todo hecho lejos de anquilosarse en la posibilidad de necio gañán a lo que podemos ser proclives los niños del pastoreo. Debo agradecer a mi madre, lo mismo que a mi maestro Don Antonio la primer regla para ser algún día joven cívico en el que no quepan las miserias capitales o pecados, como nos decía el cura que me bautizó, santo y reverendo Don Vicente Martínez, que fumaba como ahora yo. La primer regla, nos decían, para no ser necio, ruino, apestado y mohín, más bien, elegante y cívico consiste en cavar una fosa a dos metros de profundidad y enterrar en ella la avaricia, la envidia, la gula (sí, digo esto a los que gobiernan desde las mesas de restaurantes con su posterior brebaje) la ira, la lujuria, la pereza y la soberbia. Lo más triste es que cada una de ellas se complementa con las otras. La palabra traidor suena tan mal, que no quiero serlo.

Lo sería, traidor, si es que de la sociedad en que vivimos surgen hechos de esta índole y como miembro de la misma no les denuncio públicamente porque públicamente se han venido sucediendo. Seguí muy de cerca por televisión y prensa el congreso democrático del que Pedro Sánchez democráticamente salió elegido para encabezar el partido, el PSOE. Me cayó bien desde el primer momento; inspiraba confianza y buen hacer y sabe sonreír porque quien no sabe sonreír es como raposo, como gañán, como gato o cualquier felino. No me ocurría lo mismo con Marina; le veía convencido del sí para él. De seguro que lo que se dice varonía le susurraba al oído; ésta, no sobrevive sin marionetas. Queda claro que las bases saben lo que hacen (salvo algún infiltrado que desnivele la balanza en el momento más oportuno como es el momento que acabamos de tragar; sí, tragar. Ahora entiendo por qué tan convencido. A su lado la influencia de la andaluza y del asturiano (nunca le he visto sonreír); la de González y Guerra?; la de Areces e Ibarra; Vera y Page; Corcuera y Leguina; Griñán y Chaves hacedores de la joyita Susana. Todos éstos y aún más ya tienen no una marioneta sino dos, al asturiano y la andaluza. ¿qué se le perdió en Asturias, Sr. Borrell?; ¿le invitaron a unas sidras? A una cataplasma le invitaba yo. Me duelen por mencionar una palabra los barones del (en este caso tinglado) psoe sí así, es que ya no hay peso. Es que barón viene a ser título nobiliario como marqués o duque y a éstos, que con sabotaje llevan el agua a su molino y tienen a España patas arriba, ni barones ni ciudadanos de a pie, simplemente caciques. Ese es el título nobiliario que se merecen.

En las elecciones generales, qué poco entusiasmo pusisteis por apoyar a Pedro, más bien forros por las esquinas. No sé si Pedro es abogado pero sí sabe traducir una máxima que ha de ser seguida en Derecho DOLUM IN ELIGENDO. Es decir que, por la mala elección de colaboradores trileros se comete delito y el primero que ha de pagar por ello es el que los ha elegido. Cuántos regueros de tinta se vertieron durante este fatídico y anómalo quinquenio sobre Bárcenas, Rato, Barberá , etc. Este era el momento de pagar por esos delitos. En primer lugar no presentándose a la elección ni para presidente ni para nada. Presentarse sí al Supremo? Que delibere y sentencie según el caso. Pedro entendía esto y no pedía otro que un contrincante limpio en su trayectoria, al menos pública. Gobernar mal es traición y, a sabiendas alta traición e insistir para más de lo mismo doble traición en las que debieren incurrir en delito quien lo acepta y quien lo arrastra. No soy juez, es que no puedo opinar?.

Sí, Fernández de Asturias, muy suave tú y muy uncido a la andaluza Susana. Después de las votaciones generales, cosechado lo deseable por vuestro comportamiento necio y sibilino de acoso y derribo sobre Pedro. Esperabais el momento con premura sin dejar hacer al que fue elegido por las bases y responsable del momento. Os lanzasteis a la yugular a la manera del lobo hambriento pero éste actúa porque es ley de vida que no por perpetuarse, por envidia, por avaricia, no sé si por gula (también, la sidra y los venados de Asturias saben tan bien) os he visto iracundos en este afer, la pereza (para no colaborar y sí para entorpecer) y por la soberbia, que según la conferencia episcopal, es el baluarte diabólico. Os resultaba muy descarado ir por Marina que puenteasteis a Asturias. Flaco favor habéis hecho ya que somos el hazme reír desde China a California.

Esperaba, Pedro Sánchez, de Rivera e Iglesias formarais un triunvirato (maestros hubo de ello en otros tiempos) pero no, la carrera de cien metros lisos, echar zancadillas si fuere necesario y a perpetuarse con el testigo bien empuñado. Y si algún día fallare, para algo están las giratorias; a cobrar favores prestados. ¡Qué comercio! sobre lo que debiere ser sagrado.

Y termino, no sin antes decir a González, si, al expresidente, que por qué no deja hacer y se retira a su (oí decir) dorada mansión en Marruecos. ¿No se da cuenta que de sus polvos y los de otros vienen (como se dice) estos lodos? ¿Por qué no se dedica usted (en su dorado retiro) a contar las canas, que sus bonsáis y la bodeguilla le habrán propalado? Deje hacer, hombre. Olvídese de que es la única cabeza pensante de ésta, que empobrecida tenéis, España. Bueno, empobrecida lo que se dice empobrecida no al cien por ciento, me sobra un treinta de ello porque si miro, que no quiero, su cuenta corriente y otros, de ella, sucedáneos; lo mismo que la de ávidos sustitutos, no caería patas arriba porque me conformo con el pan nuestro de cada día y, en ello soy feliz, ¿sabe usted? Me pregunto por si merecen tanto tan solo por cuatro u ocho años dedicados a lo que nadie les ha llamado por lo que les considero infiltrados, el sí o sí. Yo, viendo el percal, diría no y no en listas abiertas. ¿Por qué tras cuarenta años de dictadura otros cuarenta? y, más de lo mismo; es que listas cerradas tal vez sea peor dictadura, en ellas se cuelan los que van a cara de perro pero también sus válidos pelotaris sin los que no respirarían.

Cuántos biberones sin leche; cuántas, cuantas lágrimas de madre viuda o soltera, que no tienen dinero para ellos ni para una guardería por salir al empobrecido mercado laboral como si es a fregar algún portal de lujo donde los entrantes y salientes se ven reflejados en el brillo de sus zapatos, para qué espejos, ya los llevo a pares sin esfuerzo. Decía un exministro, hace bastantes meses, que nos fuéramos despidiendo de trabajos fijos que a partir de pronto serían temporeros (como los de la vendimia, digo yo); vaya ánimos y a vender zapatos de lustre tres semanas sí y once meses no y, a ordeñar vacas y a servir buen yantar tres semanas sí y cinco no; qué se yo. Cuanto ánimo a la patronal y a inversores solidarios. Ese es Rajoy y sus ministros y exministro; éste, concretamente, pillado en eso de algo raro (no sé si en las Bahamas) designado por su dedo a desempeñar un alto cargo en el gobierno de la comunidad europea. Vaya altos cargos que mandamos conocida ya su trayectoria. Ese es usted, señor Rajoy. ¿Cuánto va tardar en rebajarme la pensión? Ello ya está en mentidero. Qué le supondría a González, a Aznar y a tantos altos cargos ya jubilados, nada. Pero a mí, sí. No podría salir a tomar un café porque tampoco soy de los de arrimar el hombro.

Venga Soria; venga Rita Barberá, la intocable pues, yo no la llevé al senado, si con minúscula, al fin y al cabo parece hoy un escondite y quién lo hace, señor Rajoy? Yo no he sido. Déjese de mirar al ombligo y mire un poco sobre las virtudes cardinales que si nunca se las han mencionado lo hago yo de buen grado (creo tener capacidad para ello, soy diplomado en educación cívica y política, usted?) así me las enseñó mi madre, mi Maestro y el Reverendo Don Vicente que me bautizó y apadrinó porque los hombres de izquierda, en el año 39 no eran admitidos a tal sacramento. Mi padre, picador de profesión, murió en el 49 con 49 años y sus pulmones con más carbón que la Carretona de Grado.

Termino, termino con la deuda que tengo pendiente. Las virtudes cardinales que son cuatro (como norte, sur, este y oeste; podría decir también ombligo, pero no lo hago): Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza; ellas entre ellas se complementan no giran solas las virtudes cardinales. Veo que fueron su Norte en estos cinco aciagos años y, el de Borrell en sus viajes a Asturias y, el de Rita Barberá y, el de la zurzidora Susana de Chaves y Griñán y el Norte de Rato el de los millones de rescate para que luego salga, mejor se asome, a la prensa algún listillo (diplomado sobretodo en la Academia Llana) barriendo de ladronzuelos a Centro Europa cuando Alíbabá y los cuarenta ladrones los tiene en casa; algo habrá de por medio. Pobre Asturias, en qué manos (siempre en el bolsillo, por qué será?). Vale, señor Rajoy, Vale y vale.

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