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Nuestras playas, nuestro mayor tesoro

15 de Octubre del 2016 - Jesús Saiz Ayala (Salinas)

O eso pensábamos, pero, claro, con los dueños de perros hemos topado. Sabemos que millones de turistas vienen a España atraídos por el sol, el agua, la arena caliente y nuestros servicios. Hasta que llega el 15 de septiembre y, entonces, nada, llegaron los ecologistas, progresistas, antitaurinos... y otras especies y nos dicen que las playas son también de los perros. Que sus muy queridos animales también tienen derecho, que ya estuvo bien de tres meses de temporada de verano, que ahora les toca sus nueve meses. Y nada, a tomar la playa. Los no dueños de perros, a aguantarnos, nada se puede decir. No importa que el servicio de salvamento todavía esté funcionando y observes la ridícula escena con tus ojos atónitos. La zona de baños marcada por las dos banderas amarillas, los de salvamento con sus prismáticos, pagados con tus impuestos, y la única gente en el agua, un perro al que un dueño arrojaba el palo para que lo recuperara. ¿Y si no puede volver, se tirará el de salvamento a por él? No, no podrá ser. Bueno, pero fueron sólo unos días, hasta que se marcharon los de salvamento, olvídalo. ¡Huy, que buen sábado! Vamos a la playa. ¡Ah! Todo lleno de pisadas de perros. Pero no importa, estos son de los limpios, de los que se llevan la caca. No van a echarle un poco de arenita y ya está. No son como los que hacen caca nada más entrar al parque y que te da un tufo que te echa para atrás. Bueno, hay perros. Todos sueltos. La ordenanza debe estar mal, qué es eso de que tengan que ir atados. Pobres animalitos. Ya es bastante con que les corten la colita y los capen o vacíen. Por lo menos que corran por nuestras doradas playas, para ellos son.

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