La entrevista Franco-Hitler
A la señora doña Ángeles Caso, a propósito de su artículo sobre Hendaya, publicado en el Magazine que LA NUEVA ESPAÑA regala los domingos:
Me hace gracia que al final ponga una postdata dedicada a quienes le discutan este artículo, pues ella dice: lo leyó en un libro de Javier Tusell y por último, que tengan bien claro, sus posibles discrepantes, que ella es historiadora. Así que todo el mundo a callar y creer a esta señora.
La verdad es que esta entrevista entre Franco y Hitler realizada en Hendaya el 23 de octubre de 1940, se comenta por si sola, no es necesario ni propaganda ni comentarios. De todos es sabido (por lo menos los que ya teníamos uso de razón en aquella época), que Hitler no salía de su búnker ni para ir a misa los domingos, desde allí dominaba a medio mundo, cual sátrapa inalcanzable. Pero los españoles se le resistían y cansado ya de que sus embajadores no fueran capaces de hacer que Franco se animara a colaborar con él, decidió desplazarse personalmente a Hendaya para convencer al general Franco. Él, que no había llegado a sargento; pero animado porque podía echarle en cara la cantidad de cañones y aviones que le había dado sin cobrar, fuera suficiente. Desde luego, mucho menos que Stalin le facilitó al Frente Popular, cobrándoles de antemano. Pues nada, que quiso demostrarles a sus colaboradores que él solito convencería al Caudillo para que le ayudara a ganar la guerra. Pero el jefe del Estado español haciendo gala de un galleguismo integral, le decía que sí, pero que guerra no, le decía que sí, que el pueblo español necesitaba alimentos, pero guerra no; de esta forma se mantuvo en su postura, hasta tal extremo que el ogro, que había conquistado a casi todos los jefes de Estado de Europa, regresara a su feudo con la idea de que prefería que le sacaran dos muelas a tener que enfrentarse de nuevo al Generalísimo Franco. Y más o menos así, los jóvenes de entonces vivimos agradecidos a este señor por habernos evitado ese trauma.
Claro que la señora Ángeles Caso, como nació veinte años después que ocurrieran los hechos, no se haya enterado y ahora juzga por lo que lee en los libros del señor Javier Tusell y otros.
¿No sé por qué, este escrito me recuerda a las Azores?
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