¿La Iglesia somos todos?
Es un poco lamentable que el arzobispo de Oviedo cada año permita realizar un homenaje al dictador de cuyo nombre no quiero acordarme. Pero lo que sí es triste es que cada año Avilés salga en la prensa nacional por el recordatorio a ese personaje que tuvo encarceladas las mentes de los españoles. Lo más lamentable es que es potenciado por un párroco, el archiconocido Ángel Garralda.
En mi caso soy católico pero a su vez soy de izquierdas, condición por la cual tengo prohibida simbólicamente la entrada al templo de San Nicolás de Bari. Las iglesias son templos donde los católicos alabamos la figura de Cristo y la palabra de Dios, haciendo hincapié en que todos somos hermanos, pensando lo que pensemos en nuestro voto a la hora de las elecciones.
Si el señor Garralda quiere hacer mítines políticos pues que funde un partido o que se presente por una formación política, pero lo que no se puede es utilizar las parroquias para su uso personal y la de insultar a los que no pensamos como él.
En mi misiva no voy a entrar en insultos ni descalificaciones, sino en plantear una reflexión. ¿Por qué el arzobispo no prohíbe estos actos, los cuales lo único que lleva es a la provocación y al insulto cada año? Tengo que recordar que este párroco y su parroquia aparecen mencionados en muchas páginas web de corte neonazi y extrema derecha en internet, aparece como un cruzado en estos tiempos de Gobierno socialista. Este tipo de acciones hacen a la Iglesia perder más fieles y a su vez nos hacen ver su inmovilismo a la hora de prohibir estos actos.
Quisiera recordar al arzobispo que Cristo no era ni de izquierdas ni de derechas, las iglesias son para rezar no para dar mítines y si de verdad la Iglesia somos todos, como reza el anuncio que sale por televisión, espero que así lo demuestre.
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