Malas artes
Varias acepciones tiene la palabra arte según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, desde la capacidad o habilidad para hacer algo, pasando por un instrumento que sirve para pescar, hasta sinónimo de maña o astucia. Es el tercer significado del vocablo, precedido del adjetivo calificativo de mala, el que se está enseñoreando estos días en España.
Aunque es una leyenda medieval y el hecho nunca se produjo, a mí me encanta el episodio de la Jura en la Iglesia de Santa Gadea, al que Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, sometió al rey Alfonso VI de León en relación a la muerte de su hermano Sancho II de Castilla en el cerco de Zamora. Ahí se demuestra la hidalguía o villanía de los personajes por encima de su clase y de su rango. Jura usted, majestad, que no ha tenido arte ni parte en la muerte de su hermano, le espetó el Cid a Alfonso VI, que lo juró, mintiendo como un bellaco y enviando posteriormente al Cid al destierro, desposeído de bienes y tropas. Díaz de Vivar seguiría luchando por su rey hasta después de muerto, entregando a la Corona muchas tierras reconquistadas a los moros. ¿Alguien se imagina lo que le podría haber ocurrido a un Cid contemporáneo si en 1.981 hubiera planteado el mismo juramento regio en relación al verdadero golpe de Estado, el que aconteció unas semanas antes del 23F, cuando el entonces presidente Adolfo Suárez fue instado a dimitir?
Las malas artes tienen su imperio en esta tierra nuestra, en España, desde hace mucho tiempo. Se han hecho cotidianas y lo pudren todo. Estos días estamos asistiendo al juicio por la Trama Gürtel y a las declaraciones obscenas de sus protagonistas. Ya sabíamos que las grandes constructoras estaban implicadas en las millonarias mordidas y que sinvergüenzas como Correa asistían como invitados de primera fila a la boda de la hija del entonces presidente Aznar, el que todavía tiene la desfachatez de darnos de vez en cuando algún consejo desde su púlpito de FAES, un púlpito, dicho sea de paso, pagado con dinero público. Son los mismos dirigentes de la derecha que nos gobierna, que manifiestan que eso sucedió hace mucho tiempo, los que rinden pleitesía o compadrean con los que protagonizaron y/o permitieron aquellas tropelías desde las instituciones. Las malas artes también han sustituido a los argumentos cuando estos no son lo suficientemente sólidos para convencer. Eso es consustancial al golpismo. Lo hemos visto en la defenestración del ya exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y lo estamos viendo en la potente campaña que desde los medios de comunicación están haciendo la derecha y la pseudoizquierda para doblar el brazo a los socialistas que todavía llevan la cabeza alta con la gallardía que da el compromiso del legado de sus ancestros y el que han adquirido con los españoles que les han votado. Cientos de artículos vemos estos días en los periódicos y en las redes sociales y muchas opiniones de tertulianos y comentaristas en las cadenas de radio y televisión haciendo piruetas dialécticas y triples saltos mortales con tirabuzón para convencer a los españoles de que no hay mas salida que la abstención del Partido Socialista para que siga gobernando Rajoy. Nunca habíamos visto en RTVE loar tanto a Javier Fernández y a Areces (callando interesadamente las miserias de los personajes) precisamente por los mismos que siempre han defendido las propuestas derechistas mas impresentables.
Según la ONG Save the Children, 1.300.000 niños viven en España en hogares pobres donde los ingresos anuales no llegan a los 9.612 euros, casi medio millón de menores mas de los que vivían en pobreza severa en el año 2.008. Padecen una alimentación deficiente y escasa y no tienen calefacción en invierno. Algunas CC AA se plantean abrir los comedores escolares durante todo el año para que los pequeños al menos puedan hacer una comida al día. En el mismo periodo de tiempo en España han aumentado los millonarios mas que en ningún otro país de la OCDE. Todo merced al mal Gobierno y las malas artes que algunos quieren perpetuar.
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