Respeto en autobús
Viernes 14, 20.30 horas. Cogemos mi marido y yo el TUA en Lugones para ir a Oviedo. Van todos los viajeros tranquilos, personas que suben y bajan, todo normal, hasta que en la parada del Milán suben tres chicas y cuatro chicos y van para la parte de atrás del autobús.
Y se acabó la paz. Voces, insultos entre ellos, más voces, como si en el bus sólo fuesen ellos. Nos mirábamos unos a otros y no dábamos crédito, molestaban, y ellos, por supuesto, sin pensar en los demás.
Nosotros bajamos en la parada del Escorialín y una chica de su grupo, también. Empezaron a corear su nombre a voz en grito: "Bea... Bea". Pobres viajeros, que no sé lo que les quedaría por aguantar.
Y esto lo escribo el domingo, que en una carta al director leo que unos adolescentes devolvieron una cartera que encontraron. ¡Qué diferencia entre unos y otros! Eso dice mucho de la educación que sus padres les están inculcando. Pobres...
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