Malos tiempos

Si viviéramos en tiempos normales, me atrevería a pronosticar el triunfo de Hillary Clinton en las próximas elecciones norteamericanas, pero vivimos malos tiempos y no es descabellado pensar que un descerebrado como Donal Trump pudiera llegar al poder en USA.

En realidad no sé que es lo que más nos debería preocupar, que éste machista, xenófobo e ignorante pudiera ganar las elecciones o que 45 millones de norteamericanos le voten y avalen un programa de gobierno que nadie conoce, salvo los improperios, insultos, descalificaciones que Trump reparte en cada mitin, en cada entrevista, en cada programa de radio o televisión para regocijo de sus seguidores, que son la mitad del país.

El fenómeno, con sus variables y matices se reproduce en Europa y en otras partes del mundo. En Francia, se hacen cálculos para que en las próximas elecciones presidenciales se unan la derecha y la izquierda para evitar que la extremista y xenófoba, Marie Le Pen se haga con la presidencia de la República. En las pasadas elecciones en Austria, el partido ultraderechista FPÖ, no consiguió hacerse con el poder por tan sólo 31.000 votos. En Italia el machista, vulgar, soez y xenófobo relacionado con la mafia, Berlusconi fue elegido dos veces Primer Ministro por el pueblo soberano. En Alemania, Holanda, Dinamarca, Finlandia Grecia día a día crecen los partidos de extrema derecha.

Una de las consecuencias de lo anterior, es el gran fracaso de la política europea en materia humanitaria, 3.600 cadáveres flotan en las aguas del Mediterráneo en éste annus horribilis, la mayor tragedia humanitaria desde la segunda guerra mundial con los refugiados que huyen de las bombas y del hambre.

Además de los cadáveres, Europa está enterrando en el Mediterráneo los principios que dieron sentido a ésta parte del mundo: la solidaridad, la acogida, el estado de bienestar, la justicia social

Malos tiempos para la política. El Brexit triunfó porque la demagogia y la mentira calaron precisamente en las capas populares inglesas y hoy, Gran Bretaña y Europa se enfrentan a un futuro incierto. Malos tiempos para la política en Colombia, el sueño de paz después de 50 años de terror con 220.000 muertos, 25.000 desaparecidos y 5 millones de desplazados se encuentra en un momento crítico en virtud de un referéndum en el que no votó el 67% de la población.

Malos tiempos, con carencia de líderes. Es difícil encontrar otras épocas con un nivel tan bajo de los representantes públicos, al menos yo no lo recuerdo. Ver y oír a la actual Presidenta del Congreso (tercera autoridad del Estado), a los portavoces parlamentarios, a los llamados barones del PSOE, al actual presidente de la gestora de éste partido, a los ministros del gobierno, incluido su presidente, produce desazón, cuando no cabreo, sus discursos, su pobreza argumental no pueden ser más ridículos y en demasiadas ocasiones patéticos.

Durante la semana trágica del PSOE, con golpe de estado titiritero incluido, dos foto fijas ejemplarizan la pobreza intelectual en la que ésta sumido éste partido: Una militante, al parecer, la presidenta de turno del Comité Federal ( no sabemos si ocupa algún cargo electo) vocifera en la calle, rodeada de periodistas, yo soy la única autoridad del PSOE, pese a quien le pese, mientras tanto, dentro de la sede del partido donde, al parecer, se llamaban de todo, menos bonitos, una miembro (¿o se dice miembra? ) del cónclave suicida increpa amenazadoramente al único político digno de éste nombre y la cabeza más brillante que ha tenido este partido, Joseph Borrel.

El panorama no es más alentador cuando cruzamos fronteras. En Francia, su presidente, mantiene el record histórico de desafección de sus ciudadanos con un nivel de rechazo a su gestión de un 87%. En Alemania no hay ni un solo dirigente político con algo de carisma. En Gran Bretaña, la flamante nueva primera ministra, no sé lo ocurre más que la peregrina idea de solicitar a las empresas el listado de sus trabajadores para saber de cuantos trabajos se han apropiado los extranjeros. El Consejo de Europa está dirigido por un ex_responsable de un paraíso fiscal, mientras al Parlamento Europeo ni está ni se le espera.

En cualquier caso, creo que es más factible que Donald Trump gane las elecciones en Norteamérica que el PSOE, vote NO a la investidura de Mariano Rajoy, es decir, que con su abstención estará avalando la etapa de mayor corrupción política conocida en éste país desde la recuperación de la democraciamalos tiempos.