"El tío Vania", revisitado
Soy un admirador asiduo de las compañías asturianas de teatro: Oviedo, Gijón, Lugones, Mieres, Langreo, Trubia... En parte no son profesionales, pero son la esperanza de que el teatro sobreviva. Tienen un repertorio variado: "La dama del alba", obras costumbristas asturianas, de clásicos españoles y de clásicos modernos europeos, como Strindberg, con su "La señorita Julia", Ibsen con su "Hedda Gabler" y su "Casa de muñecas", muy bien representada hace poco en Asturias, o Chéjov del que se han visto buenas interpretaciones de "El jardín de los cerezos", "La gaviota" y "El tío Vania". Incluso el grupo Nun-Tris se ha atrevido recientemente con el teatro griego (versión Racine), con una espléndida representación de Ifigenia, retocada lo justo, con un final dulcificado; y con la naturalidad del desnudo integral de la joven Sheila, en el escenario de la Casa de la Cultura de Mieres. ¿Repetirá Nun-Tris la obra de la no menos culta ciudad de Oviedo?
Otra cosa so nlas llamadas "recreaciones" de obras clásicas como "Vania", escenificada en Oviedo el pasado 20 de noviembre; con sus méritos y con su público; pero con la ausencia de 5 de los 9 personajes de la obra de Chéjov; la de la suegra del profesor, y de la vieja aya Marina, debilitan el discurso del autor y, sobre todo, la de Sonia (hija del viejo profesor, hijastra de su joven esposa Elena, y sobrina de Vania) hurta al espectador uno de los dos triángulos amorosos de la obra, y "El tío Vania" se queda sin sobrina. La falta de ilación que conllevan tales ausencias, empaña la finura y sutileza del pensamiento de Chéjov, dejando al desnudo la parte más áspera de los personajes; ni Vania es tan extravagante como aparece, ni el médico tan viejo como para no poder aspirar al amor de Elena; dos tipos inteligentes y nobles traídos a la indigencia.
Por otra parte, el papel del médico Astrov lo asume una mujer, y el de Elena, un hombre, creando una ambigüedad que, a veces, rechina. ¿No era más simple que chico y chica asumieran el sexo que el propio reparto les asigna?
Todo lo dicho, sin merma de la dignísima actuación de los intérpretes (encabezados por el director), con su clara vocalización y su desenvoltura; madera y tablas no les faltan, y el futuro les pertenece.
José María Izquierdo Ruiz
Oviedo
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