La Fiesta Nacional
Este año ha sido pasado por agua, y con uñas y dientes por parte de extremistas y sediciosos, a los que se les ha atragantado esta efeméride histórica del Descubrimiento y la Hispanidad. Indigestos son también para ellos la bandera y cuantos símbolos forman parte del patrimonio nacional, que no son de un pretérito monárquico ni franquista, sino de siempre, de todos y que no tienen simbolismo ni idea política alguna. Ya está bien de tanto coñazo de una progresía antipatriótica y antiespañola, todo un sarampión circunstancial y pasajero. En Madrid, el tradicional desfile de las Fuerzas Armadas, ejemplares y queridas del pueblo, desfile muy "descafeinado", reducido y austero, con su habitual marcialidad. Pena nos daba de aquellos soldadinos y soldadinas marchando bajo una intensa lluvia, mientras en la tribuna presidencial, bien guarecidos, el Rey y demás autoridades presenciaban el desfile.
Esto, esquemáticamente, en Madrid. En Cataluña, como era de esperar, todo lo contrario. El separatismo, que está ya en una fase sediciosa de una extrema gravedad, gracias a Zapatero y Rajoy (el primero, por el Estatuto y demás, y el segundo, por ser un don Tancredo, que lo único que hace es mirarse el ombligo), sus dirigentes se pasaron por el arco de triunfo la Fiesta Nacional. Lo bueno, por no decir lo malo, fue el sedicioso protagonismo de las muy ilustrísimas, ponderadas y muy queridas alcaldesas de Barcelona y Badalona. La primera califica el Descubrimiento de genocidio, ¡toma del frasco, Ovidio!, dando a entender que Colón y cuántos le siguieron después llevaron a cabo el descubrimiento y colonización a golpe de espada, matando indios y arrasando sus poblados. Tendenciosa y ridícula opinión que, naturalmente, comparten otros socios extremistas y separatistas, como el bolivariano líder de Podemos. Hala, todos contra la Fiesta Nacional y esta destrozada España, a la que todos estamos cavando su tumba. Respecto a la alcaldesa de Badalona, muy agresiva y faltona, hizo laborable, en su muy suya Casa Consistorial, el día 12 de octubre, y su teniente de alcalde, bravucón él, desafiante, rompió ante las cámaras el oficio del Juzgado ordenando guardar la fiesta ese día. Y no pasará nada, porque don Tancredo sigue mirándose el ombligo.
Rajoy es el obstáculo de que sigamos sin Gobierno. Contra él está toda la oposición, porque la corrupción de Bárcenas le salpica muy de cerca y también la del "caso Gürtel", y mira que tiene "correa"... Y nos vamos de cabeza a otras elecciones, que trata de evitar Javier Fernández, nuestro presidente, el mejor de todos los presidentes de las demás comunidades. Si todos ellos fueran como él, seguro que otro gallo nos cantaría en este politizado corral, en el que las cosas no van hoy tan mal. Fatal.
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