Muy noble y muy leal , benemérita , invicta , heroica, buena
Por las mañanas me levanto, me hago el desayuno y empiezo con el Handelsblatt -diario económico-, sigo por El País y el Expansión, y termino poniéndome al día de lo que pasa en la región con La Nueva España.
Espacio Buenavista se llamaba el centro comercial, si la memoria no me falla. Aunque siempre fue conocido como "el Calatrava" en honor inmerecido al que levantó la nave nodriza en el centro de Oviedo. Naturalmente, y como no podía ser de otra manera, la visera que debería poder elevarse en ocasiones especiales y fiestas de guardar, no funciona. No por avería, sino por error de diseño. Con sus correspondientes sobrecostes y retrasos. Lo único bueno que tiene el Calatrava, es el aparcamiento, amplio, limpio y luminoso. Todo lo demás apesta, ya que incluso como centro comercial no tiene futuro, y ha cambiado de manos gestoras en varias ocasiones. Eso sí, siempre será el Calatrava.
Como la Plaza de Primo de Rivera, o la Plaza de la Gesta, o la Calle de la División Azul, o la Calle Toro en Salamanca. En algún momento a lo largo de la historia, el tripartito izquierdoso en un caso, y en otro caso directamente el Caudillo, quisieron cambiarles el nombre a dichos lugares. Oficiosamente no fue posible, y el nombre con el que se les conoce, a menudo no se corresponde con el que indica en el callejero.
Que si memoria histórica, o deshacerse de los monumentos regalos de algún otro dictador, Adolfo o Benito, o que sé yo, sin motivo ninguno. La Gesta de Oviedo fue toda una gesta, como la Toma de Granada. Ni más ni menos. En Oviedo entraba la legión por Villafría cargándose a todo quisqui y regalando orejas de moro a la Reina, y cuando lo de Granada les dimos de hostias a los judíos y moros, por la zona de Albaicín. Y nadie se enfada por ver una estatua de los Reyes Católicos o del Cid, o de Pelayo ahí en Covadonga.
No me vengan con sandeces, señores revolucionarios, porque si hoy somos lo que somos, es porque fuimos lo que fuimos. Y ni ustedes ni yo estábamos por allí. Aquello lo hicieron unos antepasados nuestros, que ni les conocimos, y serían de mala catadura. Querer cambiar el nombre a una calle es como enamorarse de alguien a quien no se ha conocido. Y lo de quitarle el título de invicta y heroica a la Ciudad de Oviedo es ya para mear y no echar gota. En cualquier caso, si por conseguir cuatro miserables votos socialistas -en una ciudad que siempre ha sido de tendencia liberal- quieren generar tantos costes innecesarios como los rótulos de los pequeños negocios, las tarjetas de visita y la obra pública que todo ello supone. Tampoco creo que los Symmachiarii estén muy por la labor de cambiar el escudo de una institución como es el Real Oviedo. En cualquier caso, que opinen los vecinos, que son los afectados.
Si aun así no están convencidos, aquí un par de sugerencias como Plaza del Perroflauta, Calle de Manolín el Gitano, o Glorieta de Don Pelayo expulsando a las pobres minorías desfavorecidas.
¡Luego estamos!
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo