El césped del Tartiere
Esto se veía venir. Cuando se anunció por parte del Ayuntamiento que se cambiaría el césped de nuestro estadio sin acometer obras que sanearan el drenaje del campo intuí lo que podía pasar y, seguramente, no fui el único. Desgraciadamente, acertamos.
A nadie se le ocurre pintar un coche dejando los agujeros en la carrocería del vehículo o cambiar el parquet de una casa sin arreglar las goteras del techo.
¿Cómo es posible que ninguno de nuestros jugadores ni ninguno del equipo contrario puedan llevar a cabo una mínima conducción del balón y no sepan meter en el área un centro en condiciones de ser rematado? Cuando el pie de apoyo se hunde o se desplaza involuntariamente el golpeo del balón está condenado al fracaso.
Resumiendo, este partido lo estamos perdiendo en casa: Real Oviedo 0 - Chapuzas consistoriales 1.
¿Podremos remontar o nos meterán otro gol?
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