La legislatura más retrógrada

315 días han pasado desde que se disolvieron las Cortes, poniendo fin a la legislatura más retrógrada que ha tenido éste país desde el final de la dictadura. Fueron cuatro años de ajuste durísimo de la economía cuyos perdedores han sido los de siempre, las clases medias y populares con recortes de salarios, trabajos precarios, adelgazamiento de la sanidad, educación, pensiones, pérdida de derechos sociales y un larguísimo etc...con la corrupción campeando a sus anchas en las esferas del poder y amparada por el mismo.

Millones de ciudadanos saludaron con alegría y esperanza el advenimiento de los nuevos partidos que pusieran fin al bipartidismo, abrieran ventanas para que entrara aire fresco en las instituciones y contribuir hacer de éste país algo más decente. Todos recordamos aquel primer debate/encuentro en un bar de Barcelona entre Pablo Iglesias y Albert Rivera, propiciado por Jordi Évole, donde los nuevos protagonistas de la política coincidieron en tantos temas que hizo exclamar al primero: "a éste paso nos presentamos juntos a las elecciones". De aquel buen rollito hoy no queda ni rastro

En la campaña electoral previa a las elecciones del 15 de diciembre del 2015, todos los partidos (PSOE, Podemos, IU, Ciudadanos, PNV, CIU...) pusieron como objetivo prioritario (por encima de sus programas) impedir que Mariano Rajoy volviera a formar gobierno por decencia democrática y porque éste era el clamor popular. En aquellas elecciones el PP, obtuvo 7, 2 millones de votos, los partidos del "no a Rajoy" más de 17 millones y hoy, 315 días después volvemos a tener gobierno encabezado por el presidente del partido que tiene pendientes cuatro juicios por corrupción. Todo ello sin que Mariano Rajoy moviera un dedo. Fumándose un puro se puso a las puertas de La Moncloa a observar como los cadáveres de sus enemigos desfilaban: Las nuevas elecciones de Junio (convocadas ante la incapacidad de la izquierda de formar gobierno), le otorgaron casi un millón más de votos y 13 diputados más, Ciudadanos perdió 500.000, Podemos perdió un millón con IU y ésta desapareció (fagocitada por Podemos), el PSOE perdió 100.000 votos, 5 diputados y sumió a éste partido en la mayor crisis de su centenaria historia, culminada con la dimisión de su Secretario General y el partido abierto en canal.

Escuchar a Mariano Rajoy el día de su investidura que no pensaba cambiar nada de sus políticas nefastas, que esto son lentejas , señala a las claras que no es suficiente el abstenerse para investirle presidente sino que le tendrán que apoyar si ó si en la continuación de sus políticas neoliberales o de lo contrario el tiene las llaves para anticipar elecciones, sabedor de que volverá a ganar y probablemente rozaría la mayoría absoluta.

En cuanto al PSOE, los próximos días sabremos el alcance de su voladura controlada desde la vieja guardia con Felipe González a la cabeza, pero lo que si está claro es que por un tiempo se ha invalidado para ser una oposición creíble. Todos tienen los ojos puestos en la sultana Susana Díaz (la pupila de Felipe González) no acaban de entender que España no es Andalucía, el discurso de ésta baronesa chirría en Cataluña, Euskadi, Madrid, las dos Castillas, Galiciaademás no es fácil que los votantes del Psoe olviden el golpe de estado titiritero propiciado desde Andalucía para cargarse a Pedro Sánchez.

Podemos, con Pablo Iglesias como líder, tiene las alas cortas y a perdido una oportunidad de oro para convertirse en alternativa real, con un PSOE herido de muerte, sin embargo ha preferido seguir cavando trincheras echándose la tierra encima y mirándose en su espejo de narciso, mas que nunca encantado de haberse conocido. No sabemos si su discurso es sólo para alimentar a su tropa incondicional o para calentar motores de cara a la decisiva batalla que tendrá en febrero con su número dos, Iñigo Errejón. En cualquier caso, su última intervención en el Congreso de los Diputados, el día de la investidura de Rajoy, nada tuvo que ver con la GENTE que tanto dice representar. Ni una palabra sobre el deterioro de la sanidad pública, la educación, los servicios sociales, ni una palabra sobre los miles de ciudadanos dependientes que están abandonados, ni una palabra para contrarrestar el discurso triunfalista del candidato sobre la economía, los salarios de hambre y, ¡Qué miseria! ni una palabra para los 3.894 muertos (en los que va de año) que huyendo del horror de la guerra y del hambre han dejado sus vidas en el Mediterráneo. Ellos son la gente, Sr. Iglesias.

Un discurso con propuestas creíbles sobre los problemas de la gente requiere mucho trabajo (leer, estudiar informes, documentos, prospecciones, cuantificar gastos, arriesgar en propuestas fiscales, contar con los profesionales que atienden a la gente) lo cómodo es el discurso incendiario porque sale gratis y alimenta a la clac. Por ello Rajoy está tranquilo, seguirá fumándose un puro porque ya no tiene una oposición creíble o mejor si la tiene con éste defensor de la gente con quien se encuentra muy a gusto y se le nota.