Abucheos en el concierto de los premios "Princesa de Asturias"
Es duro que te abucheen. Duro por ser la primera vez que te ocurre en la vida, por la sorpresa, por simplemente acudir a un concierto de música. El abucheo casi fue testimonial, pero no por ello no me causó impresión, y quisiera compartir una reflexión con ustedes. Porque si a mí y a mi madre nos han abucheado siendo unos ciudadanos anónimos de clase media que asistieron gracias a unas invitaciones públicas, a cualquiera de ustedes le puede pasar.
El hecho sucedió el pasado día 20 de octubre a las puertas del Auditorio de Oviedo, para asistir al concierto de los premios "Princesa". Los manifestantes allí presentes se justificarán diciendo que quieren reivindicarse frente a unos premios que representa en la actualidad el Rey, frente a unos políticos corruptos y unos empresarios que sólo velan por sus intereses.
Pues les recomendaría que se manifestasen a las puertas del Santiago Bernabeu u otro estadio en la final de la Copa del Rey. En los palcos y tribunas presidenciales encontrarán a todas esas gentes, a la vez que seguramente consigan más eco mediático. Algunos pensarán que menuda tontería acabo de decir, que qué tendrá que ver el fútbol para hacer manifestaciones. ¿Y qué tiene que ver la música? Es lamentable que se vea más lógico manifestarse delante del concierto de unos premios que ensalzan la excelencia del ser humano a hacerlo a las puertas de un estadio de fútbol.
Claro que cualquier ciudadano está en su derecho de manifestarse contra el modelo de Estado español, la Constitución, la clase política o empresarial o una situación injusta que a todos nos puede suceder algún día. Pero todos deberíamos reconocer que ese lugar no es el adecuado. Como tampoco lo es un estadio de fútbol y todos nos damos cuenta con sentido común. Y no por decir esto estamos menospreciando los ideales de los manifestantes. Al contrario, queremos que sus reivindicaciones se hagan en un lugar digno y respetable. Así conseguirán que toda la sociedad los tomemos en consideración.
No voy a entrar en el debate de si los premios "Princesa" son buenos para Oviedo y Asturias. No, es mucho más. Son buenos para la Humanidad porque premian a nuestros mejores congéneres, que, por su trabajo e inteligencia, nos legan un mundo un poco mejor y, además, nos sirven de ejemplo a seguir. Por tanto, quisiera agradecer a la Fundación Princesa de Asturias su buen quehacer para organizar los premios, así como el resto de actividades que hace. El abrir las puertas de su sede al público durante la pasada "Noche Blanca" demuestra que saben que los ciudadanos también formamos parte de sus patronos. Y en realidad así es, porque con nuestros impuestos sufragamos una parte minoritaria, aunque algunos crean erróneamente que mayoritaria, de sus presupuestos.
Son nuestros premios. Deberíamos cuidarlos y aplaudirlos en vez de denigrarlos y abuchearlos.
Manuel J. García Rodríguez
Oviedo
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