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Hijos de divorciados

17 de Diciembre del 2009 - Consuelo Fonseca (Pola de Siero)

Para los de mi generación es muy duro, y nos cuesta aceptar el divorcio de nuestros hijos, pero aún es más doloroso si éstos tienen hijos y los abandonan.

Lo primero, ni se es padre ni se es madre: se ejerce.

Queridos hijos: lograsteis la independencia con vuestro salario, y con él, vuestra autonomía, pero olvidasteis lo más importante, vuestra dignidad como personas, vuestra autoestima y con ella parte de vuestra identidad y respeto.

Ahora trabajáis (los que lo hacéis) como acémilas implicando un 99% a vuestros padres, pues a todo no llegáis, al sustento de dos o más familias; pero vosotros, contentos, porque con cada cual encontráis el amor, y yo os digo: ¿qué sabéis vosotros de amor?

El amor es entrega, respeto, dar sin pedir, compartir, etcétera, lo que ocurre es que sois tan inmaduros que lo confundís con sexo.

Me entristece que nuestros nietos no tengan un referente donde mirarse, pues el vuestro es tan obsceno como irreconocible.

¿Sois felices, dejando tanto hijo en el camino?

Los hijos no son un vaso que llenar, sino un fuego que encender cada día, ¡pensadlo! No pueden vivir avergonzados, pero tampoco pueden vivir con sinvergüenzas.

Y aquí es donde introduzco la figura del juez, por una razón muy sencilla, ahora con los divorcios exprés la sentencia es muy fácil.

Fin de semana con el padre, fin de semana con la madre, medias vacaciones con el padre, y las otras medias, con la madre.

Y mi pregunta y la que se debiera hacer el juez: esos días que les tocan, ¿dónde?

Pues el habitáculo que tenéis, hay hijos de él, de ella y de ambos, a tiempo parcial. ¿Dónde está el hogar, para esos jueces?, o ellos también viven en comunas, que es como yo denominaría a esos lugares de alterne.

Yo soy muy cansina, pero les digo a esos doctos jueces que aplican la ley... ¿Por qué no mandan a esos padres y a esos niños al psicólogo?, y luego de un buen estudio, aplican la justicia, ya que la ley se encargan los padres o los allegados de desaplicarla.

Creo que así se evitarían tanto sufrimiento, malos tratos psíquicos y tanto abuso sexual por algún miembro de esa comuna en la que se ven abocados a convivir.

No piensen que escribo aberraciones, porque todo lo que habéis leído existe, pero se tiene muy soterrado, porque si saliera a la luz pública, supuestamente la figura del juez, la del Defensor del Menor, la del Gobierno y la Monarquía inclusive, se verían denostadas, les perderíamos el respeto, la credibilidad y lo más importante para ellos, sus tronos.

Y todo por ser incapaces de leer la Constitución y modificar los artículos tan incoherentes referidos a estos y otros temas.

Nos implicamos en el sistema ecológico, que está muy bien cuidar una flor, no talar un árbol, reciclar. Lo mismo ocurre con los animales, pobres indefensos, no se deben abandonar, etcétera, etcétera.

Todo esto es perfecto, y a los niños, qué estamento de verdad los protege, porque no han pedido venir al mundo ¿y por qué y por quién reciben tanto daño?

La respuesta es: primero, por sus padres, y luego, por esta sociedad en la que estamos condenados a vivir, una sociedad sin valores, sin cariño, sin respeto, sin tolerancia y sin educación.

Grito contra el odio que rezumamos, lo mismo que el rencor, la mezquindad y la venganza, porque es guerra, y la guerra es muerte.

Mientras lo contrario es paz, y la paz es vida.

Y para alcanzarla sólo tenemos que usar la dignidad y el sentido común, supuestamente es lo que no tienen nuestros hijos, ni los mandatarios de este país.

Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada, como está ocurriendo.

Y termino diciendo que las lágrimas son para llorar cuando merece la pena y en el caso que me ocupa se lloran lágrimas de sangre.

Gracias si me han leído y les ha servido para reflexionar. Si les resultó interesante, convérsenlo con los suyos.

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