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Las Clarisas de Villaviciosa

8 de Noviembre del 2016 - Agustín Hevia Ballina

El convento de las Clarisas de Villaviciosa es una de esas instituciones con tal arraigo en una tierra hermosa, cual difícilmente habrá otra, que ni eres capaz de pensar Villaviciosa sin vincular esta Villa de raigambres tan cristianas a las Clarisas, ni pensar en la Orden de las Clarisas sin referirla a Villaviciosa, donde se radicaron por el 14 de enero de 1694, con casi 322 años de cariños y de amores, de entregas de generosidad y de donación plena de Villaviciosa a sus Clarisas y de la Orden de Santa Clara a su Villaviciosa.

Para mí, pensar en el monasterio de la Purísima Concepción supone retrotraerme a años tempranos de mi niñez. Mi cometido como monaguillo, primero, y sacristán, después, llevaba anejo el acudir cada quince días al torno del convento para hacer provisión de formas para consagrar. Te sobrecogía lo recogido del portal. Una llamada a la campana que resonaba lejana y misteriosa. Un “Ave María Purísima”, que esperaba un “Sin pecado concebida”, para el que ya estabas preparado. Enfrente, el torno conventual, que giraba en espera de la caja para las partículas. “Las formas para Lugás”, decía yo, tratando de adivinar cómo sería aquella monja con la que hablabas sin verla. Un día le pregunté a don Gervasio, el cura: “¿Por qué no se puede ver a las monjas?”. “Porque así lo estableció Santa Clara en su Regla”, me dijo el cura, y yo seguí sin desvelárseme del todo el misterio. Con las partículas siempre acompañaban un paquetito de “recortes”, que te sabían a gloria bendita.

Hoy que ya han pasado bastantes años el misterio sigue interrogándome cada día: “¿por qué esas mujeres se han decidido a seguir la vía angosta de la perfección, haciendo entrega de sus vidas a Dios, teniendo por profesión la santidad en pobreza, castidad y obediencia, sin otras posibilidades que las de servir a Dios, a la Iglesia y a los demás hermanos, según el espíritu de Santa Clara y de San Francisco de Asís?”. Pues, muy sencillo, por amor a Dios y a los hermanos. Oración y trabajo serán para ellas instrumentos de santificación. La alegría y el gozo del Espíritu son signos de su avanzar en el camino de la perfección, siendo perfectas como su Señor es perfecto. Sobre esas apoyaturas se sustenta el entramado de Su Santidad, que van cimentando día a día, instante a instante, no teniendo para ellas mismas ni un momento de su diario vivir, sino es dadas, desde su pobreza, a lo San Francisco, “el Poverello d'Assisi”, al servicio de la Iglesia de Cristo, ofreciendo testimonio de su esperanza en la escatología, en el premio de la Gloria eterna, la corona que no se marchita.

Hace un tiempo que las Clarisas de Villaviciosa estuvieron en las páginas de los periódicos, porque su monasterio estaba a punto de venir a parar a la ruina, por estar las estructuras de sus maderas carcomiéndose a causa de las termitas. Ello les llevó a una obra de urgencia, en que hubo de ser renovado casi todo el maderamen del edificio. Villaviciosa entera, con otras muchas ayudas llegadas de los más insólitos lugares, se volcó en apoyo de las Hermanas Clarisas. Desde sus escasos recursos, ellas continúan su lucha, para salvar de la ruina su convento, apoyadas por tantos donativos anónimos, que generosamente suplen las limitaciones de la pobreza de las Clarisas, que son de Villaviciosa, como si se tratara de un bien patrimonial de la Villa, un patrimonio religioso y cultural de toda Villaviciosa.

Subtítulo: Colección de documentos del convento de la Purísima Concepción

Destacado: Desde sus escasos recursos, ellas continúan su lucha, para salvar de la ruina su convento, apoyadas por tantos donativos anónimos, que generosamente suplen las limitaciones de la pobreza de las Clarisas, que son de Villaviciosa, como si se tratara de un bien patrimonial de la Villa

Hoy vuelven a estar en la cresta de lo noticiable, aunque por un motivo bien diferente: acaba de editarse un libro que ha venido a poner de actualidad a nuestro querido convento villaviciosino. El próximo día 11 de noviembre, a las siete y media de la tarde, en el convento de las Clarisas de Villaviciosa, el director del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), don Ramón Rodríguez Álvarez, y el subdirector del mismo Real Instituto, don Andrés Martínez Vega, presentarán el Libro que, editado por el RIDEA, lleva por título Colección de Documentos del Convento de la Purísima Concepción de Villaviciosa. Con tal motivo tendré sumo gusto de desarrollar una conferencia sobre “Franciscanismo en Asturias. Franciscanismo en Villaviciosa”, para glosar algunos aspectos que nos acerquen a una sucinta visión de la presencia de la Orden Franciscana en nuestra Villa, cuya actividad es hoy continuada a través de la Comunidad de las Clarisas.

El libro, que motiva esta glosa, viene a enriquecer la bibliografía sobre este convento villaviciosino de las Hermanas Clarisas, de la que me es grato traer a colación algunos de los trabajos que contribuirán a ayudarnos a obtener más datos de conocimiento del convento. Quiero referirme a lo que ha sido la rara y curiosa historia de un convento, las Clarisas de Villaviciosa de Asturias, obra de la que fue autor el capellán del convento, y posteriormente párroco de Santa María de Muros de Nalón, don Francisco Pérez Rodríguez, que se quedó en la primera parte: “Los Fundadores y la Fundación”. El libro fue publicado por la Imprenta Económica, en Oviedo, en 1935, y es un libro rarísimo y muy difícil de conseguir, cuya lectura arrastra y apasiona, por su riqueza de contenidos, que se adentran en todas las interioridades de la vida del convento.

En fecha de 1992, en un libro editado por la Delegación Diocesana de Misiones, bajo la dirección del sacerdote don Luis Legazpi Cortina, con el título de Asturias en la Evangelización de América, se publicó un artículo muy enjundioso del padre Gaspar Calvo Moralejo: “El Colegio Franciscano de Villaviciosa, plataforma hacia América”. Además de la actuación franciscana, te apasiona descubrir tantas facetas de las Órdenes Religiosas en la Evangelización de las nuevas tierras descubiertas en 1492, que se llamaron “América”.

Hago mención especial al libro de don Etelvino González López, el director de la Revista Cubera, que tantos méritos ha contraído con Villaviciosa a través de su cientos de artículos, merced a los cuales Villaviciosa y cuanto es inherente a Villaviciosa es tratado con altura de miras, con la más exquisita solvencia y con la profundidad que merecen las cosas de Villaviciosa. El libro de don Etelvino lleva por título "El Arbolón de Santa Clara. III Centenario de la fundación de les Clarises de Villaviciosa". Fue publicado por La Oliva Ediciones. Esta obra, además de sus contenidos bien acreditados, destaca por una literatura muy grata y un estilo literario deleitoso. El Arbolón de don Etelvino no se refiere sólo al que se halla plantado delante del convento clarisiano, sino más bien al arbolón, que representa, desde sus más hondas raíces, el arraigo de las Clarisas en Villaviciosa.

La obra que se presenta ayuda a adentrarse en la historia interna del convento, su vivencia íntima, ofreciendo la obra como una radiografía del convento villaviciosino, una biografía o diorama de esta institución, al que las Clarisas vienen dando vida desde hace 322 años. Merece todo aplauso el editor de este interesante libro, don Andrés Martínez Vega, y la bibliografía sobre el convento nos ayuda a recrear la continuidad de aquella rara y curiosa historia de un convento, las Clarisas de Villaviciosa de Asturias. Hermanas Clarisas, podríamos decir que estáis en los comienzos. Lo que os y nos aguarda es mucho más. La santidad emanada de vosotras pone a Villaviciosa más cerca de la gloria del cielo.

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