Batman contra Propp
Nos podríamos remontar a la tradición cristiana en su eterno enfrentamiento cielo-infierno, o tal vez a la difusión oral de los cuentos tradicionales, sin embargo, solo viajaremos hasta 1985, cuando el ruso Vladimir Propp estableció lo que se conocen como 'Las treinta y una funciones de Propp': Un conjunto de normas o reglas que fundamentan la estructura de cualquier cuento popular. Siendo el mejor ejemplo de esto la película La Princesa Prometida.
Ciento veintiún años después el Planeta Americano nos sigue bombardeando con producciones carísimas sobre superhéroes que siguen al pie de la letra la misma estructura propuesta por Propp, sin embargo, el otro día, me obligaron a ver Batman: El Caballero Oscuro con la promesa de no encontrarme con lo mismo de siempre, y resultó ser cierto.
La película se desarrolla mediante la estructura típica de las películas de acción americanas sobre superhéroes, pero con una pequeña diferencia, el Joker (antagonista) le da las claves a Batman para derrotarlo una y otra vez. Una y otra vez.
'Altera el orden establecido y el mundo se volverá un caos'. 'Lo que no te mata te hace diferente'. 'O mueres como un héroe o vives lo suficiente para verte convertido en el villano'. 'Lo que hago, lo hago por aburrimiento'. Y mi favorita: 'Yo no soy un monstruo, solo voy un paso por delante'. Sí, el Joker se pasa la película entera recordándole a Batman su único punto débil. Que sería algo así:
Mientras Batman se mantenga en su estatus de héroe nunca podrá derrotar al villano, por una cuestión de equilibrio, un héroe que derrota a su villano deja de serlo y queda despojado de una causa por la que luchar. Y el villano, como siempre, es consciente de esta base tan simple, su maldad se justifica en la bondad del otro, formando una antítesis indestructible... Una vez más el mal acepta al bien pero no a la inversa.
Batman: El Caballero Oscuro es la primera película de superhéroes en donde el protagonista reconoce su posición en la estructura, piensa y toma una decisión: si al héroe siempre se le opone un villano entonces la única forma de vencer es abandonar la condición de héroe. Un golpe a la estructura de Propp. Desprovisto de sentido, destruye la lógica del villano y vence la pelea. Aunque para ello tenga que convertirse en un Caballero Oscuro, que ya no es caballero, ni tampoco oscuro.
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