Fútbol: jueguen y roben
Imagine usted que ha currado duramente todo el mes para ganar su merecido salario y que a los cinco minutos de cobrar viene un sinvergüenza y se lo roba. E imagine también que cuando lo denuncia le contestan sí, sí, conocemos al ladrón, lo tenemos grabado en las cámaras de video, pero no podemos hacer nada porque en el momento del hecho no lo detuvo la policía. Esto mismo es lo que le sucedió el otro día a Irlanda en su corrupto partido de fútbol contra Francia, donde la mano de Henry es la navaja del atracador que le despoja del fruto de dos años de dura fase de clasificación y además le sustrae el futuro. Y quien dice Irlanda, puede decir Sporting, Oviedo, etc. Situaciones de indefensión e injusticia absolutamente intolerables en la vida civil son aceptadas de forma impasible en ese limbo del delito que es el Planeta FIFA, ajeno a cualquier Carta de Derechos Humanos, Tribunal de la Haya o Convención de Ginebra y escudado en un anacrónico e injustificable rechazo de los medios tecnológicos con argumentos tan prosaicos como el siempre se hizo así. ¿Dónde queda el hipócrita juego limpio? ¿Qué aprenden nuestros niños ante mensajes como éste, de transgresión impune de la norma en aras de un fin justificable por todos los medios? ¿Hasta cuándo esta manipulación amparada por siniestros y altos intereses?
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